La sala de plenos del Consell de Mallorca durante el Debat de Política General. | M. À. Cañellas

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El portavoz de Més en el Consell de Mallorca, Jaume Alzamora, envió este viernes una carta al presidente insular, Llorenç Galmés, en la que solicita que los consellers del PP y Vox dejen de aplaudir golpeando las mesas de sus escaños, recordando que todo el mobiliario de la sala de plenos está catalogado como Bé d’Interès Cultural desde 2012. Además, los soberanistas consideran que tampoco son las mejores formas para mostrar apoyo.

«Desde hace unos meses se ha detectado que durante el desarrollo de las sesiones plenarias algunos consellers, especialmente del PP y Vox, utilizan el mobiliario de forma inadecuada, llegando a aporrearlo y golpearlo como forma de expresión, lo cual puede provocar daños irreparables en los materiales. Se trata de prácticas que más allá de poner en riesgo el mobiliario, contradicen los valores de respeto y cuidado que debemos tener hacia nuestro patrimonio», señala el líder soberanista.

Se trata de una práctica muy común en el Parlament, donde incluso en muchos casos ha llegado a sustituir los aplausos con las manos. En la Cámara balear lo hacen miembros de todos los partidos, golpeando con mayor o menor grado de intensidad. En el Consell no es algo extendido, pero algunos consellers que fueron diputados, como la ‘popular’ Núria Riera, sí que suelen golpear la mesa con la palma de la mano para mostrar con efusividad su apoyo a un compañero tras dar un discurso, por ejemplo, y el resto suele imitar.

Raras veces esto se replica en la bancada de la oposición, un detalle que Més ha aprovechado para llamar la atención a Galmés «con el convencimiento de que resulta imprescindible establecer unas normas claras que garanticen el respeto y la conservación del mobiliario de la sala de plenos, fomentando una cultura institucional que ponga en valor la protección del patrimonio».

Més reclama prohibir esta práctica argumentando la necesidad de proteger el mobiliario de la sala, que es la única que conserva la fisionomía original del edificio. «Siendo conocedores de su sensibilidad artística y patrimonial le instamos a revisar periódicamente el estado del mobiliario», concluye Alzamora.