La acumulación de arena en los fondos de los puertos de Baleares pone en riesgo la navegación

Ante esta situación, el dragado de esa arena es ahora mismo inviable porque no hay puntos de vertido operativos, ni el ámbito marino ni el terrestre. En este sentido, Mercant señala que «al tratarse de una arena sin contaminantes, podría depositarse en un vertedero terrestre, siempre que esté impermeabilizado, pues este sedimento presenta un alto contenido en sal y habría que evitar su filtración en el terreno. En cuanto al vertido marino, consideramos que existe un punto óptimo a seis millas al norte de la Illa d’Alcanda, en Alcúdia, que podría servir para todos los puertos de la Isla, pero para ello deberíamos contar con una autorización del Gobierno central, pues es el competente en esas aguas».

Así, el director general indica que «estamos preparando un plan de dragados de todos los puertos de Baleares en el que incluiríamos ese punto concreto de vertido marino y otro de vertido terrestre por determinar, a la espera de estudios y análisis que nos digan qué lugar podría ser el idóneo, tal vez una cantera abandonada. Para el vertido marino necesitaríamos la autorización del Gobierno central, pero no para el vertido terrestre, pues en este caso sí podemos ejercer nuestras competencias a través del Departament de Residus i Economia Circular, y de la autorización ambiental».

Cabe recordar que los materiales resultantes de dragados con presencia de contaminantes son tratados por empresas autorizadas que se encargan de su descontaminación, por lo que los puntos de vertido que quiere habilitar el Govern se refieren únicamente a la arena que entra y se acumula en los fondos de los puertos. Los materiales resultantes de dragados pueden utilizarse en los rellenos de ampliaciones de puertos. La arena que entra y se acumula en los fondos de los puertos no puede ser utilizada, por ejemplo, en la regeneración de las playas, pues es más fina que la presente en éstas.

En toda esta cuestión, sin embargo, se ha producido un conflicto entre los gobiernos autonómico y central. Se trata del caso del puerto de Cala Bona, en Son Servera, de gestión autonómica. El director general comenta que «éste es uno de los puertos que presenta un problema de entrada y acumulación de arena. Elaboramos un proyecto de dragado que prevé el vertido de la arena inerte en un punto marino situado a tres millas al norte de Cala Bona y esa actuación ha contado con el visto bueno de las autoridades ambientales autonómica y central. No obstante, Capitanía Marítima se ha opuesto al vertido previsto, alegando que no hemos presentado una alternativa. Ante esta respuesta, hemos decidido presentar un recurso de alzada ante el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Si esta cuestión no se resuelve de manera favorable a nuestra propuesta, los estudios ambientales decaerán y nos veremos obligados a empezar de nuevo. Ello podría obligarnos a cerrar el puerto de Cala Bona, pues se trata de un caso urgente y hay que velar por la seguridad de la navegación».

Hace años existía un punto de vertido de arena inerte en un punto de la bahía de Alcúdia, pero ha quedado incluido en el área marina protegida de esa zona, por lo que ya no es posible depositar sedimento en ese lugar. En el resto de las Islas, según Mercant, «el problema de la entrada y acumulación de arena se da en los puertos de Ibiza y La Savina de Formentera, y podría darse en Maó, aunque este puerto fue objeto de un dragado hace ocho años. Todos ellos son de competencia estatal».