La cronología del incidente
13:56 - Salida de Palma de Mallorca: El vuelo despega según lo previsto del aeropuerto de Palma, con destino Viena. En este momento, todavía no hay señales de los problemas inminentes. A la altura de Bolonia, en Italia, sobrevuela una primera célula tormentosa reconocible en el radar.
15:28 - El capitán abandona la cabina: Durante el trayecto, la tripulación cambia rutinariamente la altitud del avión. En este momento, el capitán no está en la cabina durante un breve instante y cede el control al copiloto. Se trata de una rutina que desempeñará un papel decisivo en este vuelo.
15.31 - El avión se encuentra con la tormenta: Pocos minutos después de ceder el control, el Airbus A320 choca inesperadamente con una célula tormentosa a unos 17 kilómetros al suroeste de Hartberg. En un primer momento, el radar meteorológico no alertó al copiloto del peligro, ya que en las pantallas de navegación no aparecían avisos ni los ecos correspondientes. La aeronave se topó con fuertes turbulencias que, con una carga de hasta 1,75g, supusieron una carga considerable lo que provocó la rotura del parabrisas y el fallo del indicador de velocidad.
15:31 - El capitán toma el mando: El oficial vuelve a la cabina y toma el control del avión. A la vista de los daños y de los instrumentos defectuosos, a los pilotos sólo les queda una opción: deben aterrizar el avión de forma segura. Se activan las máscaras de oxígeno y se envía un mensaje de «Mayday» a los controladores aéreos. A pesar de los enormes daños y la visibilidad limitada, mantienen la calma y se preparan para el aterrizaje de emergencia.
15:55 - Aterrizaje con éxito en Viena: A pesar de las difíciles condiciones y la visibilidad limitada, consiguen aterrizar el avión con seguridad. El aterrizaje se realiza manualmente, ya que los controles automáticos han dejado de funcionar debido a los daños. La torre informa a la tripulación de que el morro del avión ha sufrido graves daños, pero afortunadamente no hay más incidentes.
Consecuencias e investigaciones
Además del parabrisas roto, también se encontraron daños en las alas, la unidad de cola y el radomo. La destrucción de la antena del radar meteorológico también plantea otros interrogantes. La Junta de Investigación de Seguridad investigó el incidente en detalle y destacó especialmente la rápida reacción de la tripulación.
Todavía se está a la espera del informe completo del centro de investigación, que debería aportar más datos sobre cómo evitar este tipo de incidentes en el futuro. Sin embargo, el incidente demuestra una vez más lo importantes que son las decisiones rápidas y la profesionalidad de los pilotos en situaciones de crisis.
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