Teresa Cuennet, a la izquierda, y Xesca Sastre, en la sede del grupo ecologista. | Jaume Morey

TW
9

Teresa Cuennet y Xesca Sastre son integrantes de la nueva junta directiva del GOB, surgida de las votaciones celebradas el pasado sábado. Cuennet sustituye a Margalida Ramis como presidenta, aunque desde la entidad se deja claro que la estructura organizativa es más horizontal, menos personalista, menos jerárquica y sin liderazgos.

A pesar de todo, se presentaron dos candidaturas a la presidencia, un hecho inédito en el GOB. Cuennet y Sastre explican que «sí pudo haber recelos respecto a la junta anterior. Los cambios siempre ofrecen resistencias, pero el resultado ha sido una junta con más miradas, más democrática y más participativa. Las dos asambleas del sábado tuvieron un récord de participación y la junta nunca había tenido tantos miembros».

Ambas plantean «un refuerzo del ecologismo, integrando las miradas ecosoberanista y feminista. Es necesaria una planificación estratégica que nunca se había hecho en el GOB y para ello hay que abrir un proceso de reflexión para establecer objetivos. En cualquier caso, está claro que un objetivo va a ser ampliar las bases, reforzar la incidencia política y social, y que nuestras respuestas sean más visibles y contundentes, recuperando la calle. El GOB debe mantener el vínculo y el contacto con la sociedad».

Noticias relacionadas

A pesar de su juventud (Cuennet tiene 30 años y Sastre, 35), no sienten la carga de una entidad central en la historia del ecologismo en Mallorca y con más de medio siglo de existencia: «No es una carga, pero sí una responsabilidad y una oportunidad. El sentimiento de responsabilidad es positivo porque la afrontamos con ilusión, bagaje y experiencias, y sobre todo con plena confianza en los diez trabajadores con los que contamos».

El ecologismo en Mallorca ha cambiado. De la protección de espacios naturales concretos a finales del siglo pasado se ha evolucionado hacia nuevas problemáticas, con el cambio climático como escenario omnipresente. Las dos directivas del GOB señalan que «el ecologismo tiene que cambiar porque el mundo ha cambiado. La defensa del territorio sigue siendo una línea central, pero ahora nos encontramos con los retos sociales y climáticos, que van unidos. Hay que producir menos y consumir menos, y en el caso de Mallorca está claro que hay que apostar por el decrecimiento. Ha llegado un momento en que si crecemos más, vamos a vivir peor. Ningún crecimiento puede ser ya sostenible. Y hemos perdido la perspectiva de la naturaleza, pensando que está a nuestro servicio, cuando somos parte de ella. Hay que acentuar el sentido de interdependencia con la naturaleza».

Llegados aquí, Cuennet y Sastre destacan que «hace tan sólo unos años se celebraba el crecimiento del turismo, igual que hace décadas se celebraba el uso de pesticidas en la agricultura. En la actualidad, cada dato de récord turístico no puede ser motivo de celebración, sino de lamento. Estamos viendo cómo en las regiones turísticas del Mediterráneo lo que está creciendo de verdad es la desigualdad. Por todo ello es necesaria una diversificación económica que sustituya al monocultivo turístico. Somos conscientes de que no se conseguirá de un día para otro, pero lo que está pasando es como el propio nombre de la plataforma Més turisme, menys vida. En un territorio limitado, el turismo ya no se circunscribe a unas determinadas zonas de la Isla, sino que lo impregna todo, hasta el punto de condicionar el precio de la vivienda, lo que no era previsible hace tan sólo unos años. Esta evolución del turismo ha perjudicado la vida de los residentes, como en otras regiones del Mediterráneo, y ha llegado un punto en que los perjuicios son mayores que los beneficios, y eso no lo previeron las instituciones».

El año y medio de la presente legislatura no merece un balance positivo: «La amnistía en suelo rústico y la construcción en zonas de riesgo de incendio o erosión no son más que un retroceso. Han dejado fuera las zonas de riesgo de inundación por la reciente DANA de València. Si no, también serían edificables. No estamos hablando sólo de territorio, sino de la vida de las personas. Estas medidas y decisiones responden a una mentalidad que se rige sobre todo por las leyes del mercado».

El apunte

«El Pacte per la Sostenibilitat es el ‘greenwashing’ del Govern»

Como el Fòrum de la Societat civil, en el que está integrado, el GOB ha salido del Pacte per la Sostenibilitat, impulsado por el Govern. Cuennet y Sastre explican que «hemos salido por coherencia pura y dura. La ley de simplificación administrativa es incompatible con un pacto por la sostenibilidad. Al final ha resultado ser una simple operación de ‘greenwashing’ del Govern, que ya dispone de datos suficientes de las prolemáticas sociales y ambientales»