Un punto de recarga en Sóller. | S.M.

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La venta del coche eléctrico no acaba de arrancar en Baleares. La vitola de territorio privilegiado para la implantación de la movilidad sostenible no está siendo suficiente para avanzar en este apartado, al menos en comparación al resto de España, que tampoco es ningún ejemplo de avance a nivel europeo. Las matriculaciones acumuladas de enero a noviembre de este año indican un descenso anual del 19,3 %, la más acusada a nivel autonómico después de Aragón (24 %) y muy por encima de la bajada media estatal, que no llega al 3 %.

Así, en las Islas se matricularon 2.191 vehículos eléctricos en los diez primeros meses (lo que incluye turismos principalmente, pero también comerciales, industriales, autobuses y cuadriciclos), según datos elaborados por el Instituto de Estudios de Automoción (IEA) a partir de la informaciones de la DGT. Las mismas fuentes indican que 20.753 turismos y todoterrenos matriculados en ese mismo periodo, por lo que el porcentaje de eléctricos se sitúa en torno a un 11 %.

Para la patronal balear, hay dos factores decisivos que explican las reticencias del consumidor a acelerar el salto al vehículo eléctrico. El primero, la percepción de que la red de infraestructuras de recarga no es lo suficientemente tupida; el segundo, un precio medio todavía alejado de las posibilidades del grueso de consumidores.

Lluís Pol, presidente de la Asociación Empresarial de Distribuidores de Automoción de Baleares (ASEDA), señala que si hay un factor que está resultando decisivo para ralentizar la transición es el del precio. «La mayoría de los clientes optarían por un vehículo eléctrico (concretamente, un 65 % según las encuestas de intención de compra), pero todo se ha encarecido mucho en los últimos años y el mundo de la automoción no es una excepción: la gente opta por alternativas más baratas o por alargar la vida útil de los coches que ya poseen».

Con todo, las previsiones del sector son de que esta tendencia a la baja se revierta el año que viene con ofertas más competitivas. Será la industria automovilística y el propio mercado los que deberán facilitar, por tanto, el despegue del vehículo eléctrico con precios más asequibles. «Creemos que en 2025 habrá una subida considerable de las ventas porque tendremos modelos eléctrico de gama media, cuando hasta ahora solían ser todos de gama alta».

Por lo que respecta a los puntos de carga –700 en Baleares–, cree que, aunque aún existe cierta desconfianza por parte del consumidor, «cada vez hay más infraestructura». Además, «la gente empieza a estar más tranquila en ese sentido porque la autonomía de estos vehículos es cada vez mayor».

Híbridos

La venta de modelos híbridos exhibe el dinamismo que le falta a los modelos eléctricos. Este tipo de vehículos se están asentando como la bisagra necesaria en la transición hacia la movilidad sostenible en Baleares, que muestra el tercer crecimiento más acusado en las matriculaciones de este año: un 32 %, siete puntos por encima del 25 % estatal y solo por detrás de dos comunidades: País Vasco (38,5 %) y Castilla La Mancha (34,8 %). «Pensábamos que las islas mostrarían una tendencia mayor hacia el eléctrico y no ha sido así», reconoce Pol desde la patronal del sector.

Por otro lado, el mercado está arrinconando cada vez más al diésel, pinzado por un consumidor que le ha dado la espalda y por la propia oferta. En 2024 se han vendido 889 unidades en Baleares, lo que implica una bajada del 34,5 % con respecto a 2023.