Tummy Bestard, Jimmy Carter, Rosalynn Carter, Joan Fageda y Olga Bestard durante la visita que realizó el expresidente de Estados Unidos al Castell de Bellver en Palma en 1992. | RD

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«Se va un gran amigo y una excelente persona». Así recuerda Tummy Bestard, que fue cónsul de Estados Unidos en Mallorca durante más de cuatro décadas, al ex presidente Jimmy Carter, recientemente fallecido a los 100 años de edad.

Jimmy Carter fue el primero de los siete presidentes de los EE.UU con los que ha coincidido Bestard en su mandato consular y el primero que, una vez fuera del cargo, recibió en Mallorca. Fue en septiembre de 1992. Hacía 11 años que Carter había abandonado la Casa Blanca y se dedicaba a la mediación en conflictos internacionales y al apoyo de causas humanitarias desde que en 1982 fundara, junto con su esposa, Rosalynn, el Centro Carter, una organización no gubernamental que lucha por el avance de los derechos humanos, la mediación en conflictos internacionales y que ha estado presente como entidad observadora en distintos procesos electorales. Una labor que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2002.

Imagen de Tummy Bestard y Jimmy Carter durante la visita que realizó el expresidente de Estados Unidos al Castell de Bellver de Palma en 1992.
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«Era una persona muy normal», relata Bestard, que recuerda emocionado su valiosa ayuda en su visita a Mallorca «yo estaba nervioso porque era la primera vez que recibía a un presidente, él lo vio enseguida y me trató de maravilla para que me tranquilizara». La visita fue el inicio de una gran amistad, según Bestard: « todo fue muy bien y el último día, Carter tuvo el detalle de llamar por teléfono al embajador de Estados Unidos en Madrid para decirle que en Mallorca tenía a un cónsul muy bueno. Yo estaba a unos metros de él y pude oír la conversación. Siempre le estaré agradecido».

Carter visitó el Castillo de Bellver y quedó maravillado. Y fue en Palma donde acertó en pronosticar que Bill Clinton se convertiría en el siguiente inquilino de la Casa Blanca. Cinco meses después, el 20 de enero de 1993, Clinton se convirtió a sus 46 años en el tercer presidente más joven de la historia norteamericana después de derrotar al presidente republicano en ejercicio, George H. W. Bush. En su breve estancia en Mallorca, Carter tuvo tiempo también de pedir la intervención de la ONU en la Guerra de los Balcanes.

«Se ha ido una persona muy humana con 100 años, algo que no está al alcance de todo el mundo», señala un emocionado Bestard.