El presidente de Asaja en Baleares, Joan Company. | M.A.F.

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«No encontramos pastores en Mallorca, pese a pagar más de 2.000 euros al mes», lamenta el presidente de Asaja en Baleares, Joan Company. Aunque pone como ejemplo a un perfil concreto, precisa que las dificultades para encontrar trabajadores se extienden a todos los ámbitos del sector primario.

Esto está impidiendo que haya explotaciones agrarias que puedan crecer tanto como podrían, puesto que su potencial no puede desarrollarse por la falta de profesionales. De hecho, muchas tienen que llegar a cerrar por la falta de relevo generacional. Company resalta que aún mayor son las dificultades para contratar a empleados de temporada, como los necesarios para la recogida de los productos hortofrutículas, ya que «nadie quiere trabajar sólo un par de meses». En este punto, asegura que «si no fuese por los inmigrantes muchos tomates mallorquines se quedarían sin recoger».

En relación a este asunto, recrimina que el sector primario es «la puerta de entrada que utilizan muchos inmigrantes para ser conseguir ser regularizados, pero a los pocos meses se pasan al sector servicios». A su modo de ver, esto se debe a que el campo es sacrificado y duro, ya que hay que trabajar a la intemperie.

«Cada vez hay más personas que prefieren vivir con una ayuda»

Como han expresado desde otros sectores, Company critica que «cada vez hay más personas que prefieren vivir con una ayuda, antes que tener que acudir a un puesto de trabajo». A esto se suman la falta de trabajadores formados. «Tenemos problemas para encontrar profesionales cualificados de todos los perfiles: necesitamos buenos pastores, buenos agricultores que sepan conducir maquinaria de última tecnología, buenos ingenieros agrónomos, etcétera». En este punto, expone que muchas veces los forman y al poco tiempo se van, especialmente, a trabajar en la hostelería.

Otro de los problemas que están contribuyendo a que el peso del sector primario en el PIB balear sea cada vez menor son la poca rentabilidad y la elevada burocracia a la que tienen que hacer frente para cumplir la normativa europea. Aunque el presidente de Asaja no cree que el sector primario vaya a desaparecer en Mallorca, sí admite que está tocado de muerte, ya que arrastra una grave crisis desde hace años.

Company advierte que si llegase a desaparecer implicaría problemas muy importantes para toda Mallorca. «Somos una Isla y cuando hay temporales o huelgas que impiden que los barcos lleguen de la Península nos salva del desabastecimiento el producto del campo mallorquín. Además, muchos turistas reclaman alimentos específicos de Mallorca», argumenta. Por último, subraya el papel de los agricultores y jardineros, ya que son en gran medida los responsables de cuidar y preservar el paisaje mallorquín.