Se quejan de que en la entrada hay hasta cuatro lavadoras.

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En 2020 la Associació Tardor montó en el polígono de Son Castelló un centro asistencial para hombres bajo el mantra ‘0 alcohol, 0 drogas’, en el que por 200 euros mensuales personas en situación de sinhogarismo y exclusión social pueden encontrar un sitio en el que vivir. Una iniciativa que no han visto con buenos ojos los empresarios de la zona, ya que consideran que el polígono, lleno de oficinas, no es el sitio adecuado para estas personas.

«Me parece inhumano tener a este tipo de gente en una zona de oficinas», dice una empleada que trabaja cerca del albergue. «No hacen nada en todo el día, solo beben y fuman porros. Deberían estar en el campo», apunta. «A veces defecan y orinan en la calle. Una empresa ha puesto paneles para que no les orinen en la puerta, otros se han ido por la mala imagen que daban», añade.

«Encontramos que no es el lugar adecuado. No tenemos nada en contra de ellos, solo que creemos que no es el sitio apropiado», señala otro empresario. Critican también las condiciones en las que está el inmueble: «Tienen lavadoras fuera del inmueble y creemos que no hay salida de incendios».

Una empresa ha puesto paneles para tapar las vistas al albergue.

«No es verdad», responde Ascensión Sala, una de las voluntarias del centro. «El edificio cumple todas las normas de seguridad. Es verdad que eran unas oficinas, pero hicimos una reforma integral, avalada por técnicos, de 148.000 euros», subraya. «Esto es como el cubo de la basura, nadie lo quiere en su puerta pero en algún lado tiene que estar», dice sobre las críticas. «Es verdad que deambulan, pero siempre que ha pasado algo ha habido consecuencias. En cuatro años que llevamos abiertos ha venido la Policía dos veces, por dos personas a las que expulsamos y que no se querían ir [dentro está terminantemente prohibido beber o consumir drogas]». «Nunca ha habido peleas ni robos», una afirmación que corroboran los comerciantes.

«Son muy felices aquí. Tienen un jardín que cuidan ellos mismos». Sobre la localización del centro, Sala expone que, en parte, es estratégica; ya que permite a los usuarios «tener todo a mano, pero sin estar en el centro, donde hay bares y zonas de ocio». «Nos ofrecieron estar en la Plaça Gomila y nos negamos, porque era ponerlos en la boca del lobo». Actualmente, hay 60 hombres viviendo en Llar Kurt y 325 personas en lista de espera.