Uno de los talleres para dejar de fumar en el centre de salud de Camp Redó. | M. À. Cañellas

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«Es mi primer día sin fumar y me encuentro muy bien, estoy contenta y motivada». «En mi caso, no es la primera vez que lo intento pero creo que ahora sí lo conseguiré». «Yo hoy tengo ganas de no volver a fumar, pero soy consciente de que esto es un logro que se gana cada día».

Margarita, Laura y Antonio acaban de dar uno de los pasos más importantes de su vida. Hoy se despiden juntos de un hábito que describen como «un compañero de vida tóxico» que les ha acompañado durante años, en infinidad de momentos y situaciones, y con el que han mantenido una relación de amor odio basada en la dependencia.

Son tres de los cada vez mayor número de fumadores que han decidido hacer frente a su adicción para mejorar su salud, para sentirse más libres y para reducir el gasto en un producto cada vez más caro, según manifiestan. Una determinación que, sin duda, tomarán un buen número de fumadores estos días, como cada principio de año repleto de buenos propósitos.

Hoy, Antonio, Margarita y Laura han podido llegar a su primer día sin tabaco gracias a su fuerza de voluntad. Gracias también a los nuevos tratamientos farmacológicos que está financiado la sanidad pública para ayudar a sobrellevar el síndrome de abstinencia.

Y gracias al apoyo y asesoramiento que reciben a través del programa de deshabituación tabáquica que les ofrecen los profesionales de su centro de salud. Un programa coordinado por enfermeras especializadas que incluye sesiones grupales o individuales a través de las que se trabajan todas los ámbitos relacionados con la adicción.

A través de estos talleres semanales, encuentran el refuerzo y la motivación de los profesionales y, sobre todo, de los compañeros.

Laura, Margarita y Antonio están en la quinta de las seis sesiones semanales que imparte el enfermero José Manuel Garau en el centro de salud de Camp Redó. Han asistido a este taller también exfumadores convocados por Garau para que compartan sus experiencias personales con los que hoy se estrenan en una vida sin humo.

José Manuel, Mariana y Maria hablan de cómo fueron sus primeros días de abstinencia y de cómo se sienten ahora, tras meses -o años- sin fumar.

Con sus testimonios verifican que salir de esta adición es posible. El enfermero hace preguntas a unos y otros, habla sobre posibles recaídas no deseadas, pero que pueden formar parte del proceso e insiste en que nunca hay que rendirse. El grupo comparte sensaciones y sentimientos, sus miedos e incertidumbres.

«El grupo hace la magia, los consejos que se dan entre ellos funcionan mejor que los que les damos los profesionales», explica Elena García, presidenta de la Comisión Técnica de Adicciones de Atención Primaria.

Las sesiones se hacen de forma individual o en grupo.

La clave del éxito

García explica que el mayor porcentaje de éxito está en la combinación de estos talleres con los tratamientos farmacológicos. «El abordaje conductual y farmacológico es el ideal. Hay gente que sólo quiere que le receten las pastillas y no pasar por talleres y al revés, otros que quieren hacerlo sin medicación. Pero está demostrado, y así recomiendan expertos de todo el mundo, que lo mejor es trabajar desde los dos ámbitos», aclara.

El trabajo conductual que se realiza en los talleres grupales o en las sesiones individuales con los profesionales de Primaria permite trabajar la desautomatización, ir desprogramando al cerebro mediante ejercicios para ir haciendo una reducción progresiva del consumo.

«Se proponen distintas técnicas, adaptadas a cada persona, para romper con el automatismo del hábito, que es lo más complicado. Porque la dependencia física se controla bien con la medicación», añade la técnico.

A la espera de poder contar con los datos de este año pasado, desde Atención Primaria señalan que durante 2023, se formaron 38 grupos de deshabituación tabáquica en 24 centros de salud de Mallorca.

De los 667 pacientes que fueron convocados, 184 dejaron de fumar, la mayor parte con medicación. «Hasta que pasa un año no se puede dar por ganada la batalla. Hay situaciones estacionales que se tienen que ir enfrentando a lo largo del año, como la Navidad o el verano, y que te pueden llevar a recaer», añade García.

Desde Primaria confirman que el 55% de los pacientes que dejaron de fumar tras cumplir con el programa, al año siguiente seguían sin consumir.

La presidenta de la Comisión de Adicciones reconoce que muchos de los pacientes convocados a participar acaban abandonando antes de terminar las sesiones. Pero ve positivo que al menos lo hayan intentado porque significa que están más cerca de romper con una adición que cada año causa más de cinco millones de muertes en todo el mundo. «A los profesionales les pedimos que no se desanimen ante las bajas de los grupos, porque con que consigamos que lo deje una persona ya es un logro enorme», expresa.

Las enfermeras coordinan las consultas de deshabituación tabáquica en los centros de salud.

Formación a dos niveles

Elena García se muestra orgullosa de este programa que se impulsa desde las consultas de Primaria. Explica que las enfermeras se forman a dos niveles, uno inicial, para una intervención mínima, que principalmente se basa en motivar al paciente a dar el paso. Y un nivel más avanzado de formación para hacer el abordaje terapéutico de forma individual o grupal, como es el caso de José Manuel Garau.

García reconoce que cada vez hay una mayor conciencia de los riesgos del tabaco y que acciones como la prohibición de fumar en espacios públicos, o los aumentos de precio del tabaco, generan un gran impacto y han ayudado mucho. E insiste en la importancia de que los fumadores sepan que se puede romper con el hábito con la ayuda de su médico y su enfermera.

«Año tras año hay una constante de gente que lo quiere dejar. Y la mayoría de los fumadores lo harían si les resultase más fácil. Los que ni se lo plantean son mínimos», añade.

Respecto a la gente más joven, la coordinadora de la Comisión de Adicciones reconoce que tienen mayor conciencia ante los riesgos del tabaco pero preocupa mucho a los profesionales la fuerza que está cogiendo el vapeo entre este colectivo.

«Es una práctica muy perjudicial y es importante que el fumador, o exfumador, no considere que es un buen cambio», expresa e insiste en lanzar un mensaje positivo para que los fumadores sepan que se puede abandonar el hábito «su médico y su enfermera les van a ayudar».

El apunte

El medicamento sin nicotina que quita las ganas de fumar en 25 días

Desde 2023, Sanidad financia los medicamentos con el principio activo de Citisina, un alcaloide vegetal que actúa sobre los receptores de la nicotina en el cerebro y reduce los síntomas del síndrome de abstinencia.

En Balears, se han prescrito cerca de 7.200 envases sólo en 2023.

El Todacitán, que es la marca comercial y cuesta más de cien euros sin financiación, ofrece resultados muy eficaces sin contener nicotina, haciendo que el paciente no tenga necesidad de fumar y reduciendo las posibilidades de tener una recaída.

El tratamiento dura 25 días y los médicos de familia lo recetan, sólo una vez por año, y siempre y cuando el paciente participe previamente en las sesiones de deshabituación.