Una guía turística, con micrófono y brazo en alto, dirige a un grupo de turistas por las calles de Palma. | Jaume Morey

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El margen de crecimiento para Baleares en materia de llegadas turísticas parece cada vez menor. No solo por los niveles de saturación que han llevado a las protestas ciudadanas en las calles y a la creación del Pacte per la Sostenibilitat, también por unas cifras que confirman que en 2024 las visitas han ralentizado el ritmo de crecimiento exhibido desde la salida de la pandemia.

Así, Baleares es la comunidad autónoma que menos ha crecido en el acumulado anual con respecto a 2023 en lo que respecta a visitas internacionales. Así lo indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) referentes a los once primeros meses del año. El Archipiélago presenta un crecimiento del 6,10 %, por debajo de Comunidad Valenciana (15,5 %), Comunidad de Madrid (13,5 %), Andalucía (11,7 %), Cataluña (9,9 %), Canarias (9,5 %). Eso por lo que respecta a los principales regiones receptoras del Estado; el resto presenta un crecimiento del 12,9 %.

De hecho, las diferencias son incluso mayores si se toman los datos de 2023, año de absoluta explosión turística con un ritmo de crecimiento que fue más acusado en el resto de comunidades que en Baleares. Eso no significa que las cifras de las Islas hayan dejado de seguir una tendencia al alza -hasta el punto de liderar la tabla de llegadas absolutas en compañía de Cataluña-; probablemente indica que las Islas se estén aproximando a un techo turístico que se presume más cercano que en la mayoría de autonomías, un hecho refrendado por las protestas masivas y la respuesta política a las mismas: siguen liderando las llegadas turísticas y se prevé que en 2025 se continúe creciendo en volumen, dado el comportamiento observado en la demanda de sus principales mercados, aunque con un ritmo de crecimiento cada vez menor.

Solo Cataluña (18,8 millones) recibió más turistas internacionales que Baleares (15,1 millones) hasta noviembre. Sumando las llegadas de visitantes españoles, las Islas alcanzan los 18,4 millones de turistas en total. El mercado español, que no ha logrado aumentar este año (ha bajado un -0,2 %), ha contenido el crecimiento que se preveía para 2024. Con todo, son 3,3 millones los turistas procedentes de otras comunidades autónomas llegados a las Islas. El encarecimiento de la oferta balear ha llevado asimismo a que el grueso de las visitas nacionales se concentren en los meses periféricos de la temporada.

De hecho, los españoles son los que menos gastan en sus vacaciones en Baleares: 687 euros por persona y 112 por persona y día, la mitad que el conjunto de nacionalidades extranjeras (que gastan una media de 1.309 euros y 204 euros, respectivamente).

De este modo, el encarecimiento de la oferta podría haber funcionado como cortapisas -al menos para determinados segmentos del mercado- tal y como apuntan algunas voces presentes en la mesa del Pacte per la Sostenibillitat.

La persecución a la oferta de alquiler turístico ilegal, por otro lado, es otra de las medidas que reúnen total consenso en la tormenta de ideas contra la saturación. Las estadísticas sugieren que la persecución a la oferta pirata puede haberse traducido en una reducción de esa oferta: los turistas alojados en viviendas vacacionales cayeron un 19,5 %, un descenso mucho más pronunciado del que maneja la patronal del sector (de aproximadamente la mitad), por lo que interpretan que esa bajada es en gran parte achacable a la retirada de oferta ilegal del mercado. Paralelamente, el volumen de alojamientos en establecimientos hoteleros ha ido in crescendo, con una subida del 11 % con respecto a 2023.