Aznar, de visita oficial en la República Checa, pasa revista a las tropas que le rindieron honores.

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OTR/PRESS BARCELONA/PRAGA La polémica sobre la fecha de los comicios catalanes vuelve a echar chispas. El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, emplazó al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a que convoque las elecciones catalanas para el mes de marzo en virtud del «compromiso antiguo» que ambos cerraron, mediante el cual, además, las generales se celebrarían en el año 2.000, agotando así la Legislatura.

La respuesta de Pujol fue clara e inmediata: este pacto no existe y «quien debe convocar las elecciones soy yo». No es la primera vez que surgen intercambios de calendarios entre ambos.

El mes pasado, y ante los rumores que apuntaban que Aznar podría adelantar las elecciones a consecuencia de las divergencias con sus socios nacionalistas y para aprovechar el envite de la crisis del PSOE, Pujol indicó que las generales se celebrarían en 1999.

Sin embargo, Pujol matizó entonces sus declaraciones y subrayó que el plazo de doce meses que había fijado para que Aznar llamase a las urnas era a contar desde la celebración de los comicios catalanes, para los que aún no hay fecha.

El que se refirió esta vez al calendario electoral fue el presidente del Gobierno. «Yo tengo un compromiso antiguo con el señor Pujol, por el que siempre he entendido que las elecciones catalanas serían en marzo y las generales en el 2.000», señaló el jefe del Ejecutivo en la rueda de prensa que ofreció en Praga junto al primer ministro checo. «Ese es el compromiso que hay».