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Los socialistas no están dispuestos a que la esperanza que se abrió con el anuncio de tregua de ETA se difumine. Por este motivo han redactado un documento en el que ofrecen diez puntos como base para entablar un diálogo con el Gobierno, al que responsabilizan de la «mala gestión» del alto el fuego, y entre los que destacan la atención a las víctimas y la flexibilización de la política penintenciaria.

Además, rechazan formar parte de un foro de diálogo con HB, hasta que no condene la violencia, porque, según explicó el aspirante a la Moncloa, José Borrell, «con la violencia no hay tregua y no hay violencia soportable».

La Comisión Ejecutiva Federal aprobó el lunes un documento con el que pretenden contribuir al éxito del proceso de paz y en el que abogan por que los demócratas retomen la iniciativa y recuperen el consenso. Borrell y el secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, fueron los encargados de presentarlo ayer.

Ambos mostraron su preocupación por la «grave» situación que atraviesa el País Vasco y recordaron que el PSE intentó formar parte del nuevo Gobierno autonómico y que siempre ha abogado por el entendimiento entre nacionalistas y no nacionalistas.

Tras criticar a PNV y EA por sustentar el nuevo bipartito con el apoyo de los que se «niegan a condenar la violencia» y por dar por muerto el Pacto de Ajuria Enea, Borrell resaltó la «incapacidad de Aznar» para controlar al PNV y para evitar lo que calificó de «gravísima deriva política».