Nada bien le ha sentado al PSOE el discurso de despedida como
secretario general que el viernes pronunció Francisco Alvarez
Cascos. José Borrell destacó que su alocución, en la que acusó a
los socialistas de «corrupción» y de «combatir el crimen con el
crimen», no contribuye al diálogo y pone en entredicho la vocación
centrista del PP.
De la misma opinión fue Alfredo Pérez Rubalcaba quien dijo que
los «insultos» que le dirigió al PSOE son incompatibles con el
papel de un vicepresidente de un Gobierno de centro reformista. El
todavía 'número dos' del PP no dudó en responderle: «¡No me estará
invitando el señor Rubalcaba a olvidarme de la historia!»
Rubalcaba, para quien el cónclave popular carece de interés y
supone «la exaltación de Aznar», señaló que la «muy grave»
presencia de Cascos dirigiéndose a los asistentes «es la de un
vicepresidente del Gobierno insultando. Cascos es el vicepresidente
de todos los españoles, no sólamente de los que votan al PP.
Con un «!no me estará invitando el señor Rubalcaba a olvidarme
de la historia!» le contestó el vicepresidente primero. Cascos
señaló que en su discurso de gestión de los últimos diez años al
frente de la Secretaría General del PP no criticó a la oposición
socialista, «ya que se critica por sí sola lo suficiente».
En esta línea, señaló que lo que había criticado fue el Gobierno
encabezado por González.
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