La jueza decana de marbella, Pilar Ramírez, se negó ayer a declarar
ante el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de esta
localidad, Antonio Navas, que investiga las propiedades y
actuaciones inmobiliarias de la familia y su connivencia con la
mafia tras el presunto archivo de hasta nueve denuncias
urbanísticas presentadas contra el Ayuntamiento que gobierna Jesús
Gil por la plataforma ciudadana para la revisión del Plan General
de Ordenación Urbana.
También estaban llamados a declarar el padre de la juez, Juan
Ramírez, su hermano Juan Carlos, su madre y su primo, Diego
Jiménez, pero el único miembro de la familia que accedió a hacerlo
fue el padre quien negó haber firmado ninguno de los convenios
objetos de la investigación.
Juan Ramírez, el padre de la juez Decana, citado por el fiscal
jefe aanticorrupción Carlos Jiménez Villarejo en su informe sobre
las supuestas relaciones de Jesús Gil con la mafia siciliana, leyó
a su salida de los juzgados un escrito en el que figuraba que era
«citado a declarar solamente en calidad de testigo». Además,
justificó la ausencia de su hijo en la comparecencia en que «no le
ha salido de los cojones» y dio idéntica motivación respecto a los
otros miembros de su familia que tampoco acudieron a los
juzgados.
Por otra parte, la Fiscalía Anticorrupción descarta por el
momento interponer una querella contra la juez Decana de Marbella a
la que la semana pasada denunció ante el Consejo General del Poder
Judicial por considerar que debió abstenerse de dictar cualquier
resolución relacionada con el 'caso Gil', al estar relacionados sus
familiares con el alcalde de Marbella y con presuntos miembros de
la mafia.
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