El Fondo Monetario Internacional (FMI) cifró ayer en entre el 3'2 y
el 3'5 por ciento el crecimiento de la economía española en 1999, y
elogió la política fiscal y monetaria del Gobierno de cara a su
integración en la Unión Económica y Monetaria (UEM), aunque
advirtió del peligro que puede suponer para el crecimiento tanto la
tasa de paro como el diferencial de inflación con la media de la
zona euro.
En su informe anual sobre España, publicado ayer, la institución
internacional estima que las políticas aplicadas por Madrid «han
creado un círculo virtuoso de fuerte crecimiento y consolidación
fiscal, con una reducción de la inflación hasta niveles
históricos». En opinión del Fondo, este rápido crecimiento
económico continuará en 1999 gracias a la fuerte demanda interna y,
a menos que el impulso de las exportaciones se frene a causa de
«condiciones cíclicas de debilidad en el exterior», podría alcanzar
entre el 3'2 y el 3'5 por ciento.
El informe reconoce que este crecimiento económico se ha visto
acompañado de una «marcada» reducción de la inflación y una
«robusta» creación de empleo, pero estima que en ambos casos el
Gobierno debe efectuar nuevos esfuerzos, en especial prolongando
las políticas fiscales, monetarias y estructurales que permitieron
la adhesión al euro.
En el caso de la inflación, el FMI apunta que la tasa pasó del 5
por ciento en 1994 hasta el 1'4 por ciento a finales de 1998, para
sufrir un nuevo repunte el pasado mes de mayo, cuando se situó en
el 2'2 por ciento. Esta cifra supone además una diferencia de un
punto porcentual respecto a la media de los once países de la zona
euro, lo que, según el informe del FMI, «podría afectar a la
competitividad a medio plazo».
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