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El fuerte ritmo que está aplicando Hacienda a las devoluciones del IRPF, que hasta julio habían ascendido a 585.716 millones de pesetas, y la acumulación del pago de los intereses de la deuda, situaron el déficit del Estado en términos de contabilidad nacional al finalizar el séptimo mes del año en 773.700 millones de pesetas, lo que supone un incremento del 22'7 por ciento sobre el mismo periodo del año anterior, con lo que queda en el 0'9 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

Esta cifra, dos décimas superior a la registrada hasta julio de 1998, no es «preocupante», según explicó el secretario de Estado de Presupuestos y Gasto, José Folgado, sino que entra «de lleno» en las previsiones del Gobierno y garantiza el objetivo del 1'3 por ciento del PIB para finales de año.

Los resultados registrados hasta julio sitúan el déficit del Estado cuatro décimas por debajo del objetivo previsto para el presente ejercicio, lo que ofrece al Gobierno la tranquilidad de poder mantener las previsiones realizadas para este año (el 1'3% para el Estado y el 1'6% par el conjunto de las Administraciones Públicas). En ese sentido, Folgado señaló que el Gobierno no ha renunciado a rebajar el objetivo en este sentido, subrayando que una operación de este tipo «no es imposible».