El presidente en funciones de la Generalitat, Jordi Pujol, se puso
ayer en contacto con el secretario general de ERC, Josep Lluís
Carod Rovira y con el presidente del PP catalán, Alberto Fernández
Díaz, con quienes pretende afianzar las colaboraciones
postelectorales sin plantear la necesidad de firmar un pacto
gubernamental con ninguno de ellos. Mientras que el PP entiende que
esta colaboración no tiene que pasar necesariamente por un acuerdo
parlamentario, ERC amenaza con no votar la investidura de Pujol si
no se acepta su propuesta de tripartito CiU-PSC-ERC. Pujol también
ha conversado telefónicamente con el presidente del Gobierno, José
María Aznar, para comentar los resultados de los comicios.
La continuidad es la principal pretensión de Pujol a la hora de
plantear la legislatura que comienza. Esto es, la continuidad de un
gobierno sin mayoría absoluta, como el que ha terminado y en el que
el president se arrimó a quien mejor le convenía "PP o ERC" según
el momento. Así lo corroboró el consejero de Economía en funciones
de la Generalitat, Artur Mas, quien recordó que en la pasada
legislatura tampoco tuvieron mayoría absoluta y no hicieron «ningún
acuerdo estable con nadie, sino pactos puntuales, según los
temas».
El PP no pondrá ninguna objeción a tal pretensión, es más, el
portavoz del Gobierno, Josep Piqué, ha anunciado la disposición de
su formación para garantizar la estabilidad en Catalunya con una
colaboración que «no tiene necesariamente que pasar por un acuerdo
parlamentario estable durante cuatro años, ni por un acuerdo de
Gobierno», aunque advirtió que su apoyo no será a cualquier
precio.
Añadió que el PP «no contribuirá nunca a la inestabilidad
política o a la ingobernabilidad, pero esta estabilidad que
queremos para Catalunya debe ir asociada por parte de CiU de
planteamientos que sean coherentes con las ideas de estabilidad,
pluralismo, progreso y reformas estructurales». Por esta razón,
señaló que si se garantizan estos principios el PP apoyará la
investidura de Pujol, pero si se hacen planteamientos «extremistas
o irreales» no darán su apoyo.
Asimismo, el líder del PP catalán, Alberto Fernández Díaz,
subrayó que su formación puede ser «decisiva para impedir que CiU
se vea obligada a pactar con ERC y añadió que apostará por «la
estabilidad» para frenar los «excesos» que se contemplarían «desde
un gobierno de nacionalistas e independentistas». En cualquier
caso, instó a CiU «a mover ficha». Entretanto, el secretario
general de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, insistió en defender su
propuesta para un gobierno tripartito CiU-PSC-ERC, y en rechazar
cualquier otra opción que pase por un pacto bilateral con CiU o PSC
«porque ERC no será las muletas de nadie». Es más, advirtió que, de
no salir adelante su propuesta a tres bandas, su voto será
contrario a la investidura de Pujol.
La formación republicana entiende que ha habido un «empate
técnico» entre la coalición de Pujol y la de Maragall, por lo que
su propuesta es, a su juicio, la más aconsejable. Así, Carod Rovira
señaló que no sería lógico que quedara fuera ni el partido más
votado ni el que más escaños obtuvo.
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