El PP ha arrasado en las elecciones generales al lograr una mayoría
absoluta muy holgada, haciendo innecesario el apoyo de sus
tradicionales aliados nacionalistas, una situación que en los
últimos años parecía algo difícil de alcanzar tras obtener 183
escaños "la mayoría absoluta son 176". Los españoles han elegido la
continuidad frente a la oferta del cambio que propugnaba el PSOE,
lo que implica el fracaso de los socialistas en su oferta de formar
un gran pacto de la izquierda, junto con IU.
La primera consecuencia de este triunfo inapelable de los
populares ha sido la dimisión irrevocable del candidato y
secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que únicamente ha
logrado 125 escaños, 16 menos que en 1996, y deja a los socialistas
con sólo cuatro diputados más de los que logró en 1979, durante la
Transición.
La debacle electoral del PSOE-IU también se ha trasladado al
Senado, donde el PP incrementa su mayoría absoluta, los socialistas
pierden más de diez parlamentarios e IU sigue sin lograr tener una
sola acta en la Cámara, pese al acuerdo que alcanzaron en 27
circunscripciones para concurrir juntos.
En cuanto a los nacionalistas, han cumplido con los pronósticos.
Así, CiU pierde un escaño, CC mantiene sus cuatro diputados y el
BNG obtiene tres diputados, uno más que en 1996, aunque por debajo
de las previsiones iniciales. El PNV ha cosechado dos diputados más
gracias a la abstención de EH y EA ha logrado mantener el escaño
que mantenía.
El PP, pese a su rotundo triunfo, ha sido incapaz de incrementar
notablemente su número de votos, y sólo ha recibido unos 150.000
más que en los últimos comicios, situándose en casi 10 millones de
votos. Por el contrario, el PSOE ha sufrido uno de los principales
castigos electorales de los últimos años perdiendo la confianza de
casi dos millones de españoles, y obteniendo solamente siete
millones y medio de votos, mientras que IU sigue su descenso
electoral y pierde, ahora, un millón cuatrocientos mil votos.
Por autonomías, el PP ha experimentado un notable ascenso, con
especial relevancia en País Vasco, Catalunya "a costa del PSC",
Madrid y la Comunidad Valenciana.
Los socialistas mantienen el feudo en Andalucía y pierden
terreno en Extremadura. En cuanto a Izquierda Unida, la coalición
que lidera Francisco Frutos ha sufrido un voto de castigo en
Euskadi a su permanencia en Lizarra.
Otro dato destacado ha sido el elevado índice de abstención, más
elevada de la esperada, un hecho que se interpreta en clave
económica, el bolsillo de los españoles está saneado.
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