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En respuesta a las declaraciones que Aznar realizó el lunes en Rabat, donde acusó a Xabier Arzalluz de llevar a la sociedad vasca al «suicidio político», el PNV asegura en un duro comunicado que estas críticas son un «sarcasmo» proviniendo de «un nacionalista ejerciente que no ha sido demócrata». «Si hoy lo es, nos felicitamos por su conversión, aunque recordándole lo que Manuel de Irujo advirtió a Dionisio Ridruejo, 'Don Dionisio, los conversos a la cola'». Asimismo, el comunicado critica que Aznar siga con su costumbre de atacar al nacionalismo desde países donde no existe un mínimo respeto a la democracia. Asegura que el presidente del Gobierno «debe dejar de dar consejos a quien no se los pide, y usar la fuerza de los votos y no la de su fuerza mediática para lograr sus objetivos».

Para el PNV, el Gobierno de Aznar no es sino un «Gobierno-trampa» porque no está para resolver los problemas, sino para «taparlos», en referencia al proceso de paz. «Deje el señor Aznar de tapar con sus improperios su verdadero temor: el de que conseguida la paz, la mayoría vasca nacionalista se ponga en marcha».

Más críticas fueron las declaraciones del portavoz del PNV, Joseba Egibar, quien acusó al presidente del Gobierno de «criminalizar» a su partido y «proyectar la tesis de que la violencia existe, pero que en el fondo la semilla está en el nacionalismo y en el PNV, por aquello de su historia, y hay que combatirlo».

Egibar criticó que Aznar hable de «ignominia» cuando se refiere al PNV y señaló que, si alguien está sufriendo alguna afrenta es su partido, que ha sido «urdida y diseñada» por el propio presidente del Gobierno y por el Ministerio del Interior, «de propaganda». «Son ellos contra los nacionalistas», indicó.