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Juan Villalonga afrontó ayer por la tarde el que fue su último consejo como presidente de Telefónica. El Consejo de Administración aprobó el nombramiento de Cesar Alierta como nuevo presidente de la operadora después de que Villalonga alcanzara un acuerdo con los accionistas de referencia de la compañía (BBVA y La Caixa) para abandonar la empresa a cambio de una elevada compensación económica. El hasta ayer tarde presidente de la operadora aseguró que deja la compañía por su compromiso de actuar a favor de la operadora y sus accionistas.

El presidente de Telefónica aseguró ayer, según representantes sindicales de la compañía, que decidió dimitir para evitar que esto ocasione un daño a la operadora y ante la presión del Gobierno. La dimisión de Villalonga pone fin a una crisis creada entre el hasta ahora presidente de la operadora y el Gobierno, que comenzó el pasado octubre con el escándalo de las stock options y que se agudizó a raíz de la reapertura de la investigación abierta por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por el presunto uso de información privilegiada en la compra de opciones sobre acciones de Telefónica en febrero de 1998.

El resultado de las investigaciones podría conocerse a mediados de agosto, cuando la Securities and Exchanges Commission (SEC) remita el informe que está elaborando sobre las negociaciones que Villalonga mantenga durante 1997 con MCI-WorlCom para establecer una alianza estratégica. Cuando la CNMV tenga el informe decidirá si archiva el expediente informativo o lo transforma en sancionador, que se sustanciaría por la vía rápida con un pliego de cargos que tendría el tratamiento de relevante.