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Repsol y Cepsa, las dos principales petroleras asentadas en España, llevan a cabo «prácticas prohibidas» que impiden la liberalización efectiva del sector y convierten en papel mojado el paquete liberalizador aprobado por el Gobierno el pasado 23 de junio, evitando así que los consumidores puedan beneficiarse de descuentos en los precios, según un informe del Servicio de Defensa de la Competencia sobre el mercado petrolífero español.

En concreto, el Servicio de Defensa de la Competencia, que ha remitido ya el informe al Tribunal de Defensa de la Competencia, también dependiente del Ministerio de Economía, constata que tanto Repsol como Cepsa fijan los precios a los que deben vender la gasolina la mayoría de las estaciones de servicio a las que suministran carburantes, práctica que vulnera la Ley de Hidrocarburos y falsea la competencia.

Además, las dos operadoras imponen unos contratos de exclusividad o abanderamiento por un plazo que en algunos casos llega hasta 25 años, duplicando así al establecido legalmente hasta diciembre de 1999, de 10 años de máximo, rebajado actualmente a 5 años con el nuevo reglamento comunitario. Según el SDC, estos contratos impiden a las estaciones de servicio cambiar de suministrador durante el periodo de vigencia del contrato y a los operadores en competencia poder ofrecerles carburante en ese periodo, lo que dificulta su entrada y supone 'de facto' el cierre del mercado.