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El asesinato del concejal del PP catalán, Jose Luis Ruiz Casado, y la actitud de la mayoría de los partidos nacionalistas dominaron ayer el debate en el que por primera vez las tres instituciones de la UE condenaban unidas en el Parlamento Europeo el terrorismo de ETA.

El hemiciclo guardó un minuto de silencio en cuanto el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Gerardo Galeote, anunció la noticia del asesinato del concejal del PP en Catalunya. «Este atentado muestra que no hay que confundirse: hay una frontera clara que nos separa. De un lado están los que mueren por la democracia y de otro los que matan» afirmó. La noticia agudizó la tensión que rodeaba al debate debido a la oposición de algunas fuerzas nacionalistas a la propuesta de resolución escrita de condena de ETA que presentaron la semana pasada los portavoces del PP, Gerardo Galeote, y del PSOE, Rosa Díez, con apoyo de IU.

El texto de la declaración condena «firmemente» las actuaciones «racistas, xenófobas y fascistas de ETA», repudia el intento de la banda de «imponerse por el terror» y «rechaza todo diálogo con quienes a la vez ejecutan, inducen, amparan, justifican o toleran actos terroristas de cualquier naturaleza». Esta mención al rechazo del diálogo ha provocado que los cuatro eurodiputados de la mayoría de los partidos nacionalistas "Partido Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna y Bloque Nacionalista Gallego" hayan decidido no firmar la resolución.

La tensión se evidenció también al final del debate con la intervención del parlamentario de EH, Koldo Gorostiaga, que fue abucheado al recordar a las «1.500 personas asesinadas y 5.000 torturadas por el terrorismo de Estado». Gorostiaga pidió que la UE promueva una solución política del conflicto vasco y aseguró que la causa central del problema vasco es «que no se acepta la posibilidad de que el País Vasco tenga su propia identidad en Europa».