Los transportistas españoles no sólo mantienen en pie la
convocatoria de tres días de paro, sino que «no esperan nada» de la
reunión que celebrarán hoy con los cargadores y con la mediación
del Gobierno, aseguró ayer el secretario general de FENADISMER,
Juan Antonio Millán. Si a los paros previstos por los
transportistas se unen las protestas de los pescadores y
agricultores, todo indica que se prepara una nueva «semana
caliente» entre los sectores afectados por la subida del precio de
los carburantes.
El presidente de FENADISMER señaló ayer que sus escasas
esperanzas de alcanzar algún tipo de acuerdo, pese a la «buena
voluntad» mostrada por el ministro de Fomento, Francisco
Àlvarez-Cascos, radican en que «hasta que los cargadores no vean
las orejas al lobo y comience el desabastecimiento de sus fábricas,
no negociarán en serio».
En su visita a la fiesta de la vendimia en la localidad
burgalesa de Nava de Roa, Cascos afirmó que la negociación en el
sector de los transportistas «está pendiente en términos privados
con los cargadores», si bien expresó la disposición de su
Ministerio a mediar entre las partes afectadas.
Según el ministro, se está intentando ganar «tiempo al tiempo»
para resolver un problema que no sólo afecta a los transportistas,
sino a todos los ciudadanos, ya que el paro de los camiones afecta
a la economía española y la factura del paro la termina pagando la
sociedad. La Federación Catalana de Cofradías de Pescadores acordó
unánimemente continuar la huelga hasta mañana y aplazar la
aprobación del preacuerdo, alcanzado el sábado entre la Generalitat
y los presidentes de las federaciones de cofradías de pescadores de
Tarragona, Girona y Barcelona.
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