El etarra Harriet Iragi advirtió ayer al juez de la Audiencia
Nacional Guillermo Ruiz Polanco que podría ser la siguiente
víctimas de ETA, mientras prestaba declaración. El magistrado le
respondió que si no lo fuera y si él no estuviera esposado, le
daría «dos hostias». Hace apenas doce días, el ex dirigente etarra
Múgica Garmendia, 'Pakito', aseguró durante el juicio por el
asesinato de la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen Tagle, que
para los etarras, todos los magistrados eran objetivos de ETA. El
lunes, la banda terrorista cumplió esa amenazas acabando con la
vida del magistrado José Francisco Querol., así como con las de su
chófer y su escolta.
Después de este hecho, el miembro del 'comando Andalucía'
Harriet Iragi, detenido el pasado día 9, repitió el gesto del ex
número uno de ETA. Durante su declaración ante el juez de la
Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco, dijo al magistrado que,
cuando fuera a los funerales por su compañero Querol, contara a sus
compañeros de la judicatura que él podría ser el siguiente.
La secretaria judicial, después de oír esas amenazas, decidió
que el acusado volviera a declarar. Iragi, que no quiso hablar
sobre los atentados de los que se le acusa, no sólo no se
arrepintió, sino que le preguntó al juez si era consciente de la
responsabilidad que tiene en el conflicto vasco. «A buen entendedor
pocas palabras bastan», dijo el etarra, para después añadir que
sólo constataba una realidad. «Siendo juez, qué espera», dijo.
El juez le respondió que si él no fuera juez, y si no estuviera
esposado, le daría «dos hostias», una expresión que constó en acta,
algo que Iragi le advirtió a su abogada, Arantxa Zulueta, cuando
abandonó el despacho. El propio juez advirtió al detenido que podía
iniciar acciones legales contra él, y aseguró que advertirá al
Poder Judicial de lo ocurrido, admitiendo que lo sucedido es
«antiestético desde el punto de vista procesal».
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