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BARCELONA. EFE. Un coche bomba, un Ford Orion de color blanco con matrículas dobladas cargado con unos 20 kilos de explosivos, posiblemente dinamita, y colocado por ETA en unos céntricos jardines de Barcelona ha estallado esta madrugada causando heridas a dos personas, según han explicado fuentes próximas a la investigación.

El coche bomba, colocado en los jardines de Clara Campoamor, cerca de la avenida Diagonal, era propiedad de un vecino de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), según las mismas fuentes. La Policía aún no ha podido establecer cuándo y dónde fue robado el coche bomba, ya que la fuerza de la explosión lo ha reducido a un amasijo de hierros.

Uno de los dos heridos, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, ha tenido mucha suerte puesto que, según fuentes de este cuerpo, un trozo de metralla procedente del coche bomba ha impactado en el nudo de la corbata de su uniforme, con lo que se ha salvado de sufrir lesiones de importancia en el cuello. Este agente, que acudió a la zona para inspeccionarla y acordonarla, únicamente ha sufrido lesiones en los tímpanos por culpa de la fuerza de la onda expansiva, mientras que el otro herido, el vigilante jurado Raúl LL, de 48 años, permanece ingresado con pronóstico «grave» en el Hospital Clínico de Barcelona, donde evoluciona de forma «favorable» de las lesiones sufridas en su pierna derecha, también como efecto de la metralla.

Tanto fuentes de la lucha antiterrorista como del consejero de Interior, Xavier Pomés, y de la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, consideran que la banda no buscaba un objetivo determinado sino que ha hecho una demostración de fuerza al tiempo que ha pretendido «sembrar el terror» de forma indiscriminada.

La zona en la que explotó a la una de la madrugada el coche bomba está rodeada, principalmente, por edificios de oficinas y comercios y no se tiene constancia de la existencia en este lugar de algún posible objetivo determinado de los terroristas.

Éste es el segundo atentado que comete ETA en Cataluña tras el final de la tregua, y también el segundo que coincide con una visita a Barcelona del presidente del Gobierno, José María Aznar, quien tiene previsto intervenir esta tarde en un seminario empresarial. Tres activistas de ETA asesinaron a tiros el pasado 21 de septiembre al concejal del PP en Sant Adriá del Besós (Barcelona), José Luis Ruiz Casado, coincidiendo con otra visita del presidente del Gobierno a la capital catalana.

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha dicho que la situación es «muy preocupante» y ha asegurado que ETA «probablemente no dispone de un comando en Barcelona» aunque «ha quedado demostrado que tiene una organización muy móvil que es capaz de actuar». Pujol, que mantiene un contacto permanente con altos cargos del Ministerio del Interior, no descarta, asimismo, que ETA disponga en Cataluña de una «infraestructura en el terreno de la información».

El atentado pudo acabar en una tragedia mayor de no ser porque un hombre, en nombre de ETA, avisó de la ubicación del coche bomba en sendas llamadas al diario «Avui» y los bomberos de Barcelona, quince minutos antes de la explosión, que redujo el coche a un amasijo de hierros y se pudo oír en un radio de 3 kilómetros. Tras el atentado, la Policía ha desplegado la «Operación Jaula» con controles policiales que han colapsado los accesos a la ciudad y las Rondas de Barcelona.

Todas las instituciones y partidos políticos catalanes han lamentado el atentado cometido esta madrugada y han hecho un llamamiento a la calma y a la «máxima colaboración» ciudadana.