TW
0
L.T./M.G. La sociedad balear, a través de partidos políticos, sindicatos y distintas organizaciones ha manifestado, una vez más, su condena unánime por el último atentado de ETA, que costó la vida del ex ministro de Sanidad Ernest Lluch.

El presidente del Govern, Francesc Antich, y la consellera de Sanitat, Aina Salom, se desplazaron ayer a Barcelona para asistir al homenaje celebrado en la capital Condal en memoria de Ernest Lluch, acto que tuvo lugar en la sede del Partit Socialista de Catalunya. Ambos asistieron también a otro homenaje multitudinario que tuvo lugar, una hora más tarde, en la Universitat de Barcelona. En Palma, la plaza de Cort, Delegación del Gobierno y el campus universitario acogieron sendas concentraciones de rechazo y condena por el último atentado de ETA.

Con anterioridad a la concentración que tuvo lugar en el campus, el Claustre de la Universitat, reunido en sesión ordinaria, emitió un comunicado para manifestar el rechazo más profundo por el asesinato del catedrático de Història Econòmica de la Universitat de Barcelona. «Nos resulta del todo incomprensible e inadmisible el fanatismo de aquellos que asesinan y atentan contra los ciudadanos por el hecho de que no piensan como ellos y defienden la libertad. Ante todo esto, tanto a la Universitat como en cualquier ámbito de la sociedad, sólo nos queda seguir apostando por la razón, el respeto, la convivencia y la libertad y continuar rechazando el terrorismo, la violencia y la intolerancia de aquellos que desde la barbarie ni ven ni entienden la inutilidad de sus acciones y el dolor que provocan».

En Cort, cerca de medio centenar de personas guardaron cinco minutos de silencio, con ausencias como las del presidente del Govern y el alcalde de Palma, ambos de viaje, y la participación del ex alcalde de Palma Ramón Aguiló. Allí, el conseller de Treball, Eberhard Grosske, en representación del Pacte, condenó el atentado «con el mismo énfasis que se condenan todas las vidas que son robadas de forma tan innoble». Reconoció que «para una generación que se autodefinía como progresista y que luchó contra la dictadura el sentimiento de desolación es aún mayor».