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El último atentado de ETA, el que costó la vida ayer al ex ministro de Sanidad socialista Ernest Lluch, provocó ayer la respuesta masiva de miles de ciudadanos, que se lanzaron a la calle y se reunieron junto a representantes políticos y de instituciones para expresar su repulsa por la brutal acción de la banda terrorista. Barcelona, Madrid, Vitoria o San Sebastián, entre otras ciudades, han sido los escenarios de protestas espontáneas. Asimismo, el Congreso alterará hoy su actividad para permitir la presencia de parlamentarios en la gran manifestación convocada en Barcelona, en la que estarán presentes los líderes de todos los partidos.

A petición de la familia no ha habido capilla ardiente de Ernest Lluch en la Universidad de Barcelona. Los familiares expresaron su deseo de que la ceremonia del entierro fuera privada y, a petición de ellos, se abrieron tres libros de condolencia en los que miles de ciudadanos estamparon sus firmas y comentarios. En San Sebastián, ciudad en la que Ernest Lluch veraneaba y en la que poseía una casa, más de 200 personas secundaron la concentración silenciosa convocada por Gesto por la Paz que se celebró frente a la Facultad de Derecho del campus de Ibaeta. Mientras se celebraba la protesta, jóvenes radicales protagonizaron una contramanifestación cuyos integrantes fueron disueltos por la Ertzaintza al finalizar el acto.

En Madrid, la primera teniente de alcalde, Mercedes de la Merced, y los portavoces de los grupos municipales PSOE-Progresistas e IU, Fernando Morán e Inés Sabanés, respectivamente, encabezaron los cinco minutos de silencio guardados este mediodía en la Plaza de la Villa para protestar por el cruel asesinato.