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El PSOE expresó ayer su dolor y consternación por el asesinato de el ex ministro Ernest Lluch a manos de ETA, mientras que el Gobierno y partidos se sumaron a ese dolor y ensalzaron la figura de un luchador por la democracia muy unido al pueblo vasco.

La dirección del PSC exigió ayer en un comunicado al Gobierno de la Nación y al Gobierno vasco que abandonen el «estéril y triste espectáculo de discusión entre demócratas, ya que tienen la obligación política y moral» de lograr la paz en Euskadi «por los caminos del diálogo y a través de la máxima eficacia policial». El presidente del PSC, Pasqual Maragall, leyó al mediodía un comunicado en el que se condena el asesinato a manos de ETA de Lluch, a quien ha definido como un «catalanista» y un «amigo de Euskadi» que propugnaba un amplio acuerdo político para una salida dialogada» del conflicto vasco.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero manifestó que «es absolutamente imprescindible reivindicar los mejores valores que han sustentado la transición». Zapatero pidió recuperar el clima de profundo consenso, de unidad política como única vía para acabar con el terrorismo. El secretario general del PSOE defendió «el diálogo como camino hacia la paz» y manifestó su convencimiento de que Lluch «no hubiera querido derrotar a nadie, sino convencerle». Más adelante pidió «coraje político y valentía», asegurando que «la única forma de ganar a los enemigos es no parecerse en nada a ellos. Zapatero ofreció también «el máximo apoyo a quien tiene la responsabilidad de erradicar el terrorismo».

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró que ETA ha escogido a una persona de la que «nadie podía pensar que corría riesgo». Apuntó que ETA mató el martes a un hombre que «estaba haciendo un esfuerzo de aproximación a las tesis nacionalistas», ya que «él creía que en ese terreno estaba la solución del problema vasco». Desde el PP, Javier Arenas lamentó que «todo aquel que no piensa como ETA puede ser blanco de ETA», mientras que IU reiteró la necesidad de recuperar el consenso.

El lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe, afirmó que los vascos «queremos las ideas de Ernest y no el proyecto que nos ofrece ETA» e instó a la banda a que «deje de matar y manchar el buen nombre de nuestro pueblo». Ibarretxe pidió a EH que «reaccione ante esta barbarie» y a «los demás» que den una respuesta de «serenidad», porque ETA «quiere dividir a los partidos y, en cierta medida, lo está logrando».