El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, afirmó ayer en Girona
que está convencido de que la acción de gobierno de CiU en
Catalunya ha salido «reforzada» tras el congreso de ayer de Unió
Democràtica de Catalunya (UDC) y el anterior celebrado por
Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Pujol subrayó que el
gobierno de CiU ha funcionado sin ninguna «falta» durante el último
año y aseguró que los congresos celebrados por los dos socios de la
coalición nacionalista servirán para tener aún más «consistencia» a
la hora de gobernar.
El presidente catalán señaló que su impresión es que el congreso
de Unió «fue bien» y que se traducirá en «una aportación positiva a
los debates y las conversaciones que debemos tener el futuro», en
alusión a la relación dentro de la coalición CiU.
Añadió que en estos momentos «Catalunya tiene un montón de
problemas y los partidos catalanes tienen todos ellos también
problemas, y nosotros como gobierno de la Generalitat somos los que
más problemas tenemos».
Entre los problemas del Ejecutivo catalán, Pujol citó la
necesidad de negociar con el gobierno del PP, que «no nos pone las
cosas fáciles», la voluntad de seguir influyendo en la política
española, y la necesidad de conseguir la mayoría en el Parlamento
de Catalunya.
Pujol afirmó que en el último año la colaboración con Unió ha
sido «positiva» y la colaboración ha estado «bien engrasada». En
este sentido, recordó que durante el año 2000 se habrán aprobado en
el Parlamento catalán 22 leyes, sin que en ninguna ocasión, excepto
un día en que un diputado se equivocó, CiU haya perdido ninguna
votación.
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