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Tiempo de balance en La Moncloa. El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el encargado de valorar lo sucedido en nuestro país desde que el PP revalidara en marzo su victoria electoral de 1996. Como no podía ser de otro modo, la actualidad política del País Vasco marcó la intervención del dirigente popular.

Así, Rajoy defendió la interpretación del pacto contra ETA firmado con el PSOE que hizo el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, que aseguró que el acuerdo era también para luchar contra la ofensiva nacionalista. Además, se declaró satisfecho del primer año de legislatura y destacó el carácter dialogante del Gobierno que preside Aznar.

Rajoy aseguró que el objetivo principal del 'Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo' es luchar contra ETA, pero también, respaldando las palabras de Mayor oreja, para «defender la legalidad vigente». Eso sí, precisó que «no deja de tener su gracia que haya que hacer un pacto en un país europeo y civilizado en apoyo de la legalidad vigente y, concretamente, de la Constitución y del Estatuto».

Al hilo de esta explicación, Rajoy recordó que el Gobierno vasco lleva mucho tiempo en una situación que no es «ni mucho menos de normalidad democrática», por lo que instó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, a disolver el Parlamento vasco y convocar elecciones lo antes posible.

En este sentido, el ministro Portavoz del Gobierno aseguró que el pacto suscrito por el PP y el PSOE contra ETA y por las libertades, no es incompatible con los nacionalismos, pero si con lo que significa el Pacto de Estella. Por ello, matizó que el requisito para que los nacionalistas vascos entren en el pacto es que abandonen Lizarra.