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Gobierno, PP y PSOE coincidieron ayer en expresar su satisfacción por la convocatoria de elecciones anticipadas en el País Vasco para el domingo 13 de mayo y confiaron en que los comicios abran una nueva etapa para un futuro mejor en Euskadi. El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, afirmó que la convocatoria de elecciones «restablece la lógica democrática» y abre la posibilidad de que la sociedad vasca exprese, «de una vez por todas, su opinión y su voluntad respecto al futuro del País Vasco».

Cabanillas consideró que el anuncio de elecciones en el País Vasco pone fin a un período «evidentemente complejo y de deterioro de las instituciones vascas, y que sólo favorece a aquellos que pretendan deslegitimar a las mismas». El presidente del PP en Euskadi, Carlos Iturgaiz, afirmó que el 13 de mayo «será una fecha de esperanza para toda la sociedad vasca».

El secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, aseguró por su parte que «por encima de todos los inconvenientes, se abre un período de esperanza» para conseguir un «futuro mejor» en Euskadi. Terreros aseguró que el PSE-EE, en «plena armonía» con el PSOE, «no quiere para el País Vasco un «pase de facturas, un cambio con revancha, una vuelta a la tortilla», sino un cambio «tranquilo, con una revolución de terciopelo, y no como dice el PP 'para que los no nacionalistas podamos vivir en paz y en libertad'».

Los presidentes del PNV en Vizcaya y Guipúzcoa, Iñigo Urkullu y Juan María Juaristi, afirmaron que «se cierra una etapa que empezó con ilusión en octubre de 1998, ilusión truncada por las acciones de ETA», y expresaron la «frustración» de su formación «por el papel que no ha sabido cumplir EH en su función como partido político».