La designación de Mariano Rajoy como ministro del Interior y de
Juan José Lucas como titular de Presidencia fue recibida con
elogios por parte del Gobierno y el PP, mientras que la oposición
lamentó que el presidente Aznar no haya aprovechado para efectuar
una remodelación más amplia del Ejecutivo. El portavoz del Gobierno
vasco, Josu Jon Imaz, expresó «las serias dudas» que mantiene el
Gobierno Vasco con respecto a la posibilidad de que el nuevo
ministro de Interior, Mariano Rajoy, «encarne los valores del
diálogo, la tolerancia y el respeto político».
El deseo del Gobierno vasco habría sido, según explicó ayer en
Vitoria Josu Jon Imaz, que el relevo de Jaime Mayor Oreja al frente
del Ministerio del Interior supusiera el cierre de una etapa
caracterizada por el «fracaso» en la lucha antiterrorista, así como
por un período de «confrontación absoluta» con el nacionalismo
«democrático».
Imaz abogó, además, porque el trabajo de Juan José Lucas al
frente de la vicepresidencia del Gobierno central se base en el
«respeto» a la sociedad y sus ciudadanos «en mayor medida de lo que
ha estado basada su actuación» como presidente de Castilla y León
en el caso de Trebiño, y recordó que el «respeto» hacia la voluntad
de los trebiñeses «no ha sido su principal virtud».
La portavoz de Interior del PNV, Margarita Uría, aseguró que con
el nombramiento de Rajoy «no van a correr tiempos buenos» para
facilitar las relaciones entre el Gobierno central y el Ejecutivo
vasco con el fin de resolver el problema del terrorismo.
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