El nuevo IRPF apoyará a las familias, especialmente a partir del
segundo hijo para intentar frenar el envejecimiento de la población
española. Así lo anunció ayer el presidente del Gobierno, José
María Aznar, quien explicó que la reforma del impuesto incluirá una
rebaja de la carga fiscal sobre el trabajo.
En una conferencia pronunciada ante los miembros del Instituto
Español de Analistas Financieros, Aznar explicó que la nueva
regulación del IRPF formará parte de una reforma fiscal global que
acometerá el Ejecutivo en una doble dirección: modernizar las
principales figuras tributarias y establecer un nuevo modelo de
financiación de todas las administraciones públicas.
Partiendo de la Ley General Tributaria, explicó que este mismo
año se acometerá una «ambiciosa reforma» del Impuesto de Sociedades
para situarlo como «uno de los más ambiciosos de Europa», lo que
permitirá incentivar la inversión tanto en I+D+I como en la
formación de los trabajadores e incentivar a las pymes, dando un
«paso más» en la filosofía que inspira la política económica del
Gobierno: «impuestos más bajos, disciplina en el gasto y una
economía más abierta, competitiva y dinámica».
Aznar insistió en que «no sería razonablemente posible ni
responsablemente posible» proceder a estas reformas, que incluirán
también la supresión del Impuesto de Actividades Económicas (IAE)
en 2002, sin haber logrado la estabilidad presupuestaria, por medio
de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que va a comenzar a
discutirse en el Parlamento.
La reforma del modelo de financiación autonómica es para Aznar
otro de los «retos fundamentales» de esta legislatura. España es
uno de los países más descentralizados del mundo, por lo que «no
tiene sentido seguir con dinámicas reivindicativas frente a un
supuesto Estado acaparador de competencias o de recursos»,
afirmó.
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