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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó ayer desde Lisboa una revisión del papel del Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, en el marco del pacto de la Justicia para convertirlo en una figura «más independiente» que «no intervenga en determinados procesos judiciales», en relación a la capacidad que tiene Cardenal de decidir por encima de los votos de la Fiscalía, la imputación de un ministro como ocurre en el 'caso Piqué'.

Según el máximo responsable del PSOE, los últimos acontecimientos relacionados con el 'caso Ercros', «no favorecen la imagen de nuestro Estado de Derecho», por lo que se hace necesaria una revisión «con calma «de su papel, pero llevada a cabo de manera «desapasionada y no fruto de una coyuntura». En este sentido, el líder de los socialistas indicó que la decisión «no debe ser fruto de nuestra posición crítica con lo que el señor Cardenal está haciendo en relación con el proceso judicial que hay en marcha del ministro de Asuntos Exteriores».

No obstante, Zapatero opinó que esta revisión ayudaría a que «los ciudadanos perciban que hay que construir una posición más independiente del Fiscal General del Estado, una posición de apariencia más neutra que sería muy tranquilizadora para el conjunto de la sociedad y muy enriquecedor para la justicia española». Sin embargo, el Gobierno no comparte la opinión de Zapatero. El ministro de Justicia, Angel Acebes, defendió la gran profesionalidad del fiscal general y reafirmó que el Gobierno no modificará el sistema de elección de este cargo, que la Constitución asigna al Ejecutivo. «Supongo que el señor Zapatero no ha querido decir que es necesaria una reforma constitucional. Al fiscal general lo elige el Gobierno porque así lo dice la Constitución», aseguró el ministro.

Según Acebes, el Gobierno ni da ni ha dado jamás instrucciones al fiscal general, «que es un gran profesional de carrera, a diferencia de los fiscales generales nombrados durante la etapa socialista, que no eran fiscales de carrera», añadió. En la misma línea, el ministro Portavoz, Pío Cabanillas, rechazó que se deba revisar el papel del fiscal general del Estado, puesto que, según argumentó, eso supondría interferir en su «independencia». Así, dijo que la Fiscalía se ha de caracterizar por su independencia, no por las presiones ni del Gobierno ni de otros.

De otra parte, Zapatero calificó ayer de «fracaso notable» la política de inmigración del gobierno en aspectos como el control de fronteras, la aplicación de la ley de inmigración y la falta de «políticas reales» de integración de los inmigrantes en nuestro país. Asimismo, destacó que si la anterior ley provocaba un efecto llamada, la actual normativa tiene un «efecto altavoz». En este sentido, defendió la elaboración de un Pacto de Estado en esta materia porque, según Zapatero, «el gobierno no sabe gobernar el fenómeno de la inmigración, no tiene ideas, visión de futuro y no tiene una voluntad ni una consciencia, que es lo más importante, de la transcendencia social, cultural que este fenómeno tiene para nuestro convivencia».