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Un hipotético referéndum sobre autodeterminación, como el que baraja el PNV y el Gobierno vasco, ha de ser autorizado previamente por el Gobierno central y convocado por el Rey, según recalca el Ejecutivo en una respuesta parlamentaria. Además advierte de que «tomará todas las medidas que sean necesarias» para evitar que se vulneren los preceptos constitucionales con una iniciativa de ese tipo.

De esta forma responde el Ejecutivo de José María Aznar al coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien se había interesado por las medidas previstas por el Gobierno en el caso de que el Gobierno vasco o una parte importante de la sociedad vasca propugasen la celebración de ese referéndum de autodeterminación.

En su respuesta el Gobierno esgrime todas los preceptos que contempla el ordenamiento jurídico para impedir que el Ejecutivo autonómico lleve a la práctica esta convocatoria. Tras señalar que la soberanía nacional reside en el pueblo español, el Ejecutivo recuerda el artículo 2 de la Carta Magna: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».

Así, aclara que la Carta Magna señala que cuando se proponga una revisión total o parcial de la Constitución que afecte a ese artículo 2, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución de las Cortes.

Aunque el artículo 62 de la Constitución dice que las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos, subraya que corresponde al Rey convocar un referéndum.