(VIZCAYA)
El Obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, aseguró ayer durante la
homilía del funeral por el alma del juez José María Lidón que
«vencerán la justicia, la libertad y la paz si en nuestro corazón
triunfan la esperanza y la constancia en el rechazo inequívoco y
sin fisuras del terrorismo». La misa funeral -los restos de Lidón
fueron incinerados ayer por la mañana- fue celebrada en la iglesia
de los Trinitarios del barrio de Algorta, que se encontraba repleta
de familiares, amigos y convecinos del juez, además de autoridades
políticas, institucionales y de la judicatura.
Entre los asistentes se encontraban el lehendakari, Juan José
Ibarretxe; los ministros de Justicia, Angel Acebes, y Educación,
Pilar del Castillo; el Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal; y
líderes de los principales partidos, entre ellos el secretario
general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero; el vicesecretario
general del PP Jaime Mayor Oreja; los presidentes del PNV, Xabier
Arzalluz, y Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti; y el coordinador
general de Izquierda Unida/Ezker Batua, Javier Madrazo.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, canceló finalmente
su asistencia a los actos debido al deseo de la familia de dar al
funeral un carácter «no institucional», hecho que planteaba,
indicaron fuentes oficiales, dificultades sobre todo en el terreno
de la seguridad. Todas las autoridades asistieron al oficio entre
el público, ya que, por expreso deseo de la familia, solo se
reservaron unos bancos a los más allegados. La viuda de José María
Lidón, arropada por sus dos hijos, Jordi e Iñigo, demostró una gran
entereza durante la ceremonia, aunque se vieron escenas de dolor
entre otros familiares. Tras el funeral unas 15.000 personas se
manifestaron en Getxo de forma unitaria bajo el lema «Pakea eta
Askatasuna. ETA ez» (Paz y Libertad. ETA no).
En la misa celebrada en la iglesia de los Trinitarios de Algorta
(Getxo), Ricardo Blázquez recalcó que «el terrorismo no tiene
justificación alguna», por lo que «nuestro rechazo debe ser
absoluto, de modo que los terroristas no puedan deducir, aunque
fuera sutilmente, la mínima comprensión de sus actuaciones».
Blázquez agregó que «la disolución de la organización terrorista
ETA es necesidad fundamental y prioritaria para que nuestro pueblo
consiga la plena normalización».
«Mientras haya personas amenazadas, familias que viven con
miedo, profesionales que ponen en peligro su vida por cumplir
honradamente su trabajo, representantes elegidos democráticamente
por la sociedad que están perseguidos ..., no cesaremos de reclamar
con serenidad y valentía la paz y la libertad. La organización
terrorista y la ideología terrible que la sustentan dañan las
raíces más nobles de nuestro pueblo», añadió el prelado. Según
señaló, «aunque parezca que las palabras se desgastan y son
insuficientes, no podemos dejar de expresar nuestra condena clara y
enérgica».
Mientras, los quince países de la Unión Europea distinguieron
ayer, a través de un comunicado de la presidencia, por primera vez
entre fuerzas democráticas y «los que pactan con los extremistas
vascos», diferencia que fue recibida positivamente entre populares
y socialistas. Frente al último atentado de ETA, los países de la
Unión reiteraron a través de este texto su firme voluntad de
utilizar todos los medios del Estado de derecho para combatir el
terrorismo y destacaron «su apoyo a las fuerzas democráticas que no
han pactado con los extremistas vascos». El texto del comunicado
recuerda, además, que estos actos de violencia terrorista
constituyen un ataque contra el sistema democrático en el que se
basa la UE.
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