La reunión informal que mantuvieron ayer en Londres el presidente
del Gobierno español, José María Aznar, y el primer ministro
británico, Tony Blair, sirvió para poner de manifiesto la
coincidencia de ambos líderes en la necesidad de avanzar en el
contencioso sobre Gibraltar. Por lo pronto, Londres aseguró que el
futuro del Peñón lo decidirá en votación su ciudadanía. Los
ministros de Exteriores, Josep Piqué y Jack Straw, intentarán
avanzar en estos aspectos el próximo día 20, en una reunión en
Barcelona. Aznar aseguró que el contencioso de Gibraltar debe
solucionarse en el marco dl proceso de Bruselas. «Hemos impulsado
el relanzamiento de este proceso sobre cooperación y soberanía, y
estamos dispuestos a hablar».
El presidente español considera importante, pero no
imprescindible que el ministro gibraltareño, Peter Caruana, se
incorpore a las conversaciones. «Pero estamos dispuestos a seguir
adelante», precisó, aunque no esté. Blair explicó que este
encuentro informal sirvió para constatar que «las posiciones
británica y española sobre el Peñón continúan siendo las mismas de
siempre», aunque, como Aznar, dijo que es importante dialogar sobre
este asuntos «entre dos países socios y amigos», puesto que estas
conversaciones van en beneficio de todos.
Ambos destacaron el buen momento por el que atraviesan las
relaciones bilaterales. Sobre el contencioso de Gibraltar, Blair
expresó su satisfacción por el relanzamiento del Proceso de
Bruselas y Aznar apostó por la «discreción y confianza» para
avanzar. Blair reconoció que «se trata de un asunto delicado»,
subrayó que «lo que ha cambiado en las relaciones con España es que
hay un proceso abierto entre amigos y aliados», y expresó su deseo
de que los gibraltareños juzguen por los resultados, no por las
noticias que se publican al respecto.
Lo cierto es que en estas conversaciones se tendrá que precisar
más el papel de los gibraltareños en el proceso. Por lo pronto, el
secretario de Estado británico para Asuntos Europeos aseguró que
«los habitantes de Gibraltar se pronunciarán mediante el voto sobre
su futuro». «Nunca pediremos a los habitantes de Gibraltar que
sacrifiquen su ciudadanía británica, a menos que así lo decidan»,
añadió, para después destacar que «España es consciente de este
compromiso». Además, a la ya conocida ausencia del Gobierno del
Peñón en las conversaciones, se sumó ayer la voz del ex ministro
principal y actual líder de la oposición, Joe Bossano, totalmente
de acuerdo con Peter Caruana. «El destino de Gibraltar no lo van a
decidir en Barcelona Straw y Piqué, lo vamos a decidir nosotros
aquí, en nuestra tierra», dijo.
Bossano aseguró que las autoridades británicas no pueden
entregar a España la soberanía del Peñón sin el consentimiento de
los gibraltareños, y anunció que volverá a proponer a Caruana la
convocatoria de un referéndum de autodeterminación, con el fin de
que se celebre a comienzos del 2002. De otra parte, Blair y Aznar,
aliados y amigos, coincidieron también en seguir respaldando a la
coalición internacional contra el terrorismo, que "a su juicio"
tiene hoy más apoyos que el 11-S y expresan su unidad ante el
objetivo fundamental de erradical el terrorismo.
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