El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, respondió
ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas al comentario
previo efectuado por su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, en
referencia a Ceuta y Melilla, al recordar Piqué que se trata de dos
ciudades españolas cuyos ciudadanos cuentan con todos los derechos
de sus compatriotas y tienen representación parlamentaria.
Piqué salió al paso, de este modo, al discurso pronunciado por
Benaissa, en el que declaró que Marruecos desea la soberanía sobre
Ceuta, Melilla además de otras islas ocupadas. En este sentido, el
jefe de la Diplomacia marroquí se refirió a los casos de Macao y
Hong Kong como soluciones a los casos de colonianismo en el
mundo.
Por otro lado, Josep Piqué mencionó también la cuestión de
Gibraltar. El titular de Exteriores recordó el acuerdo del pasado
26 de julio en el que España y el Reino Unido se comprometieron a
relanzar las conversaciones en el marco de la Declaración de
Bruselas y en el que ambos países expresaron su voluntad política
«para superar todas sus diferencias sobre Gibraltar» y concluir las
conversaciones de una manera rápida y satisfactoria «para beneficio
de todas las partes». Piqué recordó, en este sentido, la invitación
hecha al ministro principal gibraltareño, Peter Caruana, a
participar en los encuentros ministeriales en el marco del
proceso.
Piqué subrayó que este es el momento en el que todos los países
deben demostrar su voluntad de adoptar «medidas efectivas» que
permitan «un salto cualitativo» en la cooperación internacional
contra los terroristas y quienes les apoyan. En su intervención,
Piqué reclamó asimismo un esfuerzo para superar los problemas que
aún obstaculizan la negociación de la Convención General contra el
Terrorismo Internacional y advirtió que el objetivo de elaborar un
instrumento eficaz en esta materia no puede quedar paralizado por
«interminables discusiones» políticas.
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