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EUROPA PRESS-NUEVA YORK El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, respondió ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas al comentario previo efectuado por su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, en referencia a Ceuta y Melilla, al recordar Piqué que se trata de dos ciudades españolas cuyos ciudadanos cuentan con todos los derechos de sus compatriotas y tienen representación parlamentaria.

Piqué salió al paso, de este modo, al discurso pronunciado por Benaissa, en el que declaró que Marruecos desea la soberanía sobre Ceuta, Melilla además de otras islas ocupadas. En este sentido, el jefe de la Diplomacia marroquí se refirió a los casos de Macao y Hong Kong como soluciones a los casos de colonianismo en el mundo.

Por otro lado, Josep Piqué mencionó también la cuestión de Gibraltar. El titular de Exteriores recordó el acuerdo del pasado 26 de julio en el que España y el Reino Unido se comprometieron a relanzar las conversaciones en el marco de la Declaración de Bruselas y en el que ambos países expresaron su voluntad política «para superar todas sus diferencias sobre Gibraltar» y concluir las conversaciones de una manera rápida y satisfactoria «para beneficio de todas las partes». Piqué recordó, en este sentido, la invitación hecha al ministro principal gibraltareño, Peter Caruana, a participar en los encuentros ministeriales en el marco del proceso.

Piqué subrayó que este es el momento en el que todos los países deben demostrar su voluntad de adoptar «medidas efectivas» que permitan «un salto cualitativo» en la cooperación internacional contra los terroristas y quienes les apoyan. En su intervención, Piqué reclamó asimismo un esfuerzo para superar los problemas que aún obstaculizan la negociación de la Convención General contra el Terrorismo Internacional y advirtió que el objetivo de elaborar un instrumento eficaz en esta materia no puede quedar paralizado por «interminables discusiones» políticas.