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El altercado que se produjo el sábado en la Conferencia Europea de Apoyo al Pueblo Saharaui que se celebró en Sevilla ha deteriorado aún más las relaciones entre Marruecos y España. Desde el Gobierno español se lamentó que las autoridades del país africano hayan utilizado un «incidente», como lo calificó el ministro de Administraciones Públicos, Jesús Posada, para deteriorar aún más las relaciones entre ambos países. Para añadir más leña al fuego, el Frente Polisario denunció que los alborotadores son «enviados por el Gobierno marroquí». Una decena de marroquíes no pudieron acceder a la Conferencia, al parecer porque no estaban acreditados. Las autoridades marroquíes lo tomaron como «un acto de hostilidad» contra su país, algo que calificó como falso el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué. Posada aseguró que es «lamentable que se utilice» este incidente «para retroceder en unas relaciones absolutamente primordiales para ambos países».

El titular de Administraciones Públicas respaldó la versión de la Oficina de Información Diplomática y del Ministerio de Asuntos Exteriores, y recalcó que son «una invención» del Ejecutivo marroquí los malos tratos y la orden de expulsión de los trece marroquíes que alegó Rabat para justificar su postura. Lo mismo dijo el ministro portavoz, Pío Cabanillas, quien además advirtió que «todo aquel que pretenda o llegue a crear un estado de empeoramiento de las relaciones entre los dos países se equivoca y va a encontrarse siempre con el rechazo del Gobierno español». Como ha sucedido desde que el pasado 26 de octubre Marruecos retirara a su embajador, el PSOE se puso del lado del Gobierno español. Su portavoz parlamentario, Jesús Caldera, aseguró que la respuesta de Rabat ha sido «desproporcionada», puesto que las fuerzas de seguridad actuaron «correctamente». «Espero que este incidente no enturbie más aún las relaciones», añadió.

Lo cierto es que sigue sin estar claro lo que sucedió el sábado en Sevilla, puesto que las versiones son contradictorias. El delegado del Frente Polisario en Andalucía, Mohamed Salem Daha, denunció que las personas que intentaron acceder a la Conferencia «son individuos marroquíes, entre ello policías enviados por el Gobierno alauita con el fin de boicotear el encuentro». Se trata, dijo, de «alborotadores muy conocidos por nosotros, ya que acuden a cada acto que celebramos en cualquier punto de Europa al objeto de intimidarnos y provocar el desconcierto». «No son periodistas, tal y como dijeron, sino policías», añadió. Tras denunciar la actitud «prepotente, fascista y dictatorial» de Rabat, pidió a las autoridades españolas que «no permitan que el Gobierno marroquí exporte sus leyes a un país libre y democrático». Esta versión también la corroboró el representante del Frente Polisario en Canarias, Luchaa Mohamed.