CDC y UDC se convirtieron ayer, tras 23 de años de coalición, en la
Federación de CiU al firmar sus principales dirigentes los
estatutos de la nueva formación en un acto solemne en Barcelona, en
el que Jordi Pujol expresó su confianza en que «volveremos a ganar
las elecciones en el año 2003». Después de la firma del documento
de federación y de la foto de familia de los principales dirigentes
de CDC y UDC, Pujol indicó que «todos esperamos y confiamos que con
una federación sólida, un candidato de gran calidad política y
personal, con la fuerza de un proyecto que tiene las raíces puestas
en el país, y con el brillante balance de gobierno, volveremos a
ganar las elecciones del año 2003».
Así, el presidente de CDC y de la Generalitat da por cerrado un
ciclo de cambios en su partido y en el gobierno catalán para
preparar el «pospujolismo», después de que hace un año anunciase
que no volvería a presentarse a las próximas autonómicas y
designase a Artur Mas como su sucesor en detrimento de las
aspiraciones del democristiano Josep Antoni Duran Lleida.
«Lo más importante que hemos hecho es garantizar el futuro»,
apuntó Pujol, quien mostró su «satisfacción y alegría personal» por
la creación de la federación, una «herramienta» que, señaló, debe
permitir a los nacionalistas trabajar a «medio y largo plazo» y
superar cualquier adversidad electoral.
Por su parte, el líder de UDC y futuro secretario general de
CiU, Josep Antoni Duran Lleida, explicó que con el apoyo de Unió a
la federación se ha dejado atrás «legítimos intereses personales y
de partido», primando así «el amor al país y a la nación».
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