El Gobierno aprobó ayer el Real Decreto de Tarifas eléctricas para
2002, que congela las tarifas para clientes domésticos, mientras
que incrementa un 1 por ciento las de los clientes industriales. El
ministro Portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, señaló que con
estas tarifas «se mantiene el equilibrio entre el proceso inversor
del sector mientras continúan los beneficios para los
consumidores». El Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros
introduce una rebaja del diez por ciento en el alquiler de
contadores, frente al 46 por ciento previsto inicialmente.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Gobierno,
Cabanillas dijo que se está hablando de una congelación de tarifas
domésticas, y, en lo referente a los industriales, se habla de un
«mantenimiento claro por debajo de los índices de precios y, por
tanto, en positivo en términos de ahorro y de renta disponible». En
términos reales, la tarifa doméstica se reducirá un dos por ciento,
teniendo en cuenta el objetivo de inflacción en ese mismo
porcentaje. En el 2002, el consumidor eléctrico pagará en términos
nominales casi un 17 por ciento menos en su recibo de la luz de lo
que pagaba en 1996. En términos reales, la rebaja representa un 35
por ciento.
Para las pequeñas empresas industriales y del sector servicios
se incrementan las tarifas un 1 por ciento respecto al año 2001, un
aumento también por debajo del objetivo del IPC previsto. En cuanto
a las medianas y grandes empresas, que verán incrementadas sus
tarifas en un 1 por ciento, Cabanillas ha recordado que estas
empresas tienen ya la condición de consumidores cualificados y, por
tanto, pueden negociar en el mercado si lo estiman conveniente.
Igualmente, el Real Decreto introduce una rebaja del 10 por
ciento en el alquiler de contadores de energía eléctrica,
incluyendo estos precios tanto el coste de inversión como los
gastos de operación y mantenimiento. Para los autogeneradores se
revisan los precios y primas de la energía excedentaria que
entregan a las redes, recogiendo en los mismos la evolución de los
precios del gas, electricidad y tipos de interés, y además se
incluye un incentivo adicional para su participación en el mercado
que tiene en cuenta el coste del combustible utilizado. El ministro
Pío Cabanillas rechazó la «ecuación» planteada estos días que
ligaba liberalización, freno de inversiones y apagones. «Si algo ha
producido el proceso de liberalización es un efecto positivo».
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