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Aznar realizó estas afirmaciones tras explicar que los nacionalismos caben en la definición de patriotismo constitucional y que «sería bueno que participasen». Uno de los objetivos que manifestó es el de conseguir que España sea una de las democracias más avanzadas del mundo, para lo que ve un «riesgo», que se ponga en peligro la estabilidad institucional y constitucional del país, en referencia al nacionalismo vasco. El jefe del Ejecutivo recordó que había hecho esta oferta al presidente de la Generalitat en marzo del año 2000, cuando el PP ganó las elecciones generales por mayoría absoluta y precisó que le había reiterado esta misma oferta de manera «formal y expresa» hace «pocos meses».

«Yo ratifico esa oferta, es decir, la mantengo en pie», apostilló Aznar, quien añadió que hablaba un gobernante que es «respaldado por la mayoría absoluta y que no tendría necesidad de apoyos». Ante la pregunta de si esa oferta había tenido respuesta, constató que «los hechos no se han modificado». En su opinión, se trataría de una operación «histórica» esa participación, una vez que el Estado de las autonomías se ha desarrollado tanto. Nada más conocer estas declaraciones, el portavoz de CiU descartaba la oferta «mientras Aznar de por cerrado el proceso autonómico».

Ante la pregunta de si es posible mejorar las posibilidades de representación de las comunidades autónomas en la UE, Aznar aseguró que lo que se puede hacer es «mejorar las fórmulas internas para que la representación exterior de España, lo que es la voluntad española, consiga el mayor apoyo interno, desde el punto de vista social, de iniciativa y de lo que representan las comunidades autónomas. No obstante, insistió en que la representación exterior de España le corresponde al Gobierno de la nación y recordó que las reglas de la Unión Europea se fijan «entre la UE y los estados miembros». Aznar insistió en que no se presentará a las próximas elecciones y, en respuesta a la propuesta de Francisco Alvarez Cascos, que plantea limitar los mandatos del presidente en los Estatutos del PP, aseguró que eso no es necesario en una democracia parlamentaria.

Sobre la crisis en el PSE dijo que ni debía, ni quería entrar en asuntos del PSOE. Pero matizó que, visto desde fuera, «parece claro que hay crisis, probablemente derivada de la ausencia de un proyecto común sólido». Aznar defendió que la UE tenga «ambición» para convertirse en la zona más próspera del mundo, y para conseguirlo abogó por lograr el desafió de una Europa más integrada y sólida. Respecto a Argentina, aseguró que hace falta «redondear» un plan «creíble y completo» que dé salida a la crisis económica y que pueda ser asumido por la comunidad internacional.