El PP y el PSOE cerraron ayer un acuerdo sobre las enmiendas que en
el Congreso mejorarán el proyecto de ley de partidos, que no tendrá
efectos retroactivos y legitimará parcialmente a las Cortes para
pedir la ilegalización de un partido, salvando así las reticencias
socialistas y de CiU al texto inicial. El acuerdo se alcanzó tras
intensas negociaciones entre los dos partidos mayoritarios, bajo
los auspicios del ministro de Justicia, Àngel Acebes, cuenta con el
respaldo de CiU, cuyas enmiendas se ven reflejadas en el mismo y
pretende ser ampliado a otras fuerzas políticas durante el trámite
parlamentario.
Tanto el secretario general del PP, Javier Arenas, quien subrayó
el mantenimiento de los principios fundamentales del texto, como el
portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, expresaron su
satisfacción por este entendimiento, que consideraron que refuerza
a la democracia frente a los violentos. Finalmente presentaron
enmiendas por separado, aunque la mayoría de ellas con el mismo
texto, si bien los socialistas mantienen seis enmiendas propias,
entre ellas la que pide que sea la Sala de lo Civil del Supremo la
competente para ilegalizar un partido, cuestión que no convence al
PP, que prefiere una sala especial.
Las negociaciones se intensificaron ayer después de que la Mesa
del Congreso rechazase la pretensión del PSOE de ampliar el plazo
de enmiendas, de manera que los encargados de las negociaciones
tuvieron que trabajar contra reloj para poder tener listo el
acuerdo. Mientras el PP y el PSOE se afanaban en esta tarea, el
resto de grupos fueron presentando sus respectivas propuestas de
modificación, un total de 200 enmiendas parciales, además de las de
totalidad firmadas por IU, PNV, EA, BNG, ERC, IC-V y CHA, que han
pedido su devolución.
Las principales modificaciones que experimentará el texto
gubernamental gracias al acuerdo PP-PSOE son la legitimación
parcial del Parlamento para la ilegalización de un partido. Así, la
mayoría simple del Congreso o del Senado podrá pedir al Gobierno,
con carácter vinculante, que inicie este proceso, pero sólo el
Ejecutivo o el Fiscal General podrán actuar directamente. También
se restringen las razones por las que un partido podrá ser
ilegalizado y se descarta la aplicación retroactiva de la
norma.
Un partido podrá ser ilegalizado «cuando su actividad vulnere
los principios democráticos o cuando la misma persiga deteriorar o
destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el
sistema democrático» mediante una serie de conductas «realizadas de
forma reiterada y grave», señala el artículo consensuado. Javier
Arenas aseguró que las enmiendas pactadas mejoran el texto al
tiempo que se mantienen «íntegramente» los «principios esenciales»
que defendía el Gobierno, y reafirmó que el acuerdo con el PSOE es
«una mala noticia para ETA y Batasuna». Por su parte, Jesús Caldera
subrayó que la ley va a permitir ilegalizar «conductas y no ideas»,
y dijo que las enmiendas mejoran el proyecto y respetan las
garantías exigidas por el PSOE. Ambos resaltaron la coincidencia de
sus planteamientos con CiU.
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