El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero,
anunció ayer que su partido emprenderá una campaña informativa
nacional contra el Decreto sobre la reforma del desempleo. El líder
socialista recordó que la reforma de las prestaciones por desempleo
no estaba en el programa electoral del PP y acusó a Aznar de
confundir sus intereses con los de España. Zapatero explicó que la
campaña tendrá como destinatarios a todos los ciudadanos y a los
empresarios en particular, porque la conflictividad creada en torno
a la reforma no beneficiará a las empresas y los empresarios «no
pueden estar entusiasmados» con la decisión del Gabinete de Aznar.
La dirección socialista elaboró ayer una declaración política en
la que se aclara que el PSOE, «como corresponde a una fuerza
política responsable», no ha suscrito la convocatoria de huelga
«que nadie desea y que sólo la cerrazón del Gobierno provoca»,
aunque se reitera «la comprensión». Recordó que los españoles
siempre «han dado lecciones a sus gobernantes, y en este momento
sería oportuno otra». Según él, se trata de una reforma propia de
conservadores como Tatcher o Reagan.
Zapatero exigió al Gobierno que lleve el debate de la reforma al
Parlamento y que presente un informe del Consejo Económico y Social
sobre la verdadera situación del desempleo. El grupo parlamentario
socialista presentará una proposición que tendrá carácter de
urgencia y que instará al Gobierno a trasladar a la cámara baja el
debate que ya mantienen los ciudadanos. El PSOE presentará en el
Congreso su alternativa a la reforma gubernamental sobre el
desempleo. «Quien lleva el volante del Gobierno no está sereno, y
tengo la imprensión de que confunde sus intereses con los intereses
de España», afirmó Zapatero. Refiriéndose a las declaraciones de
Aznar argumentando que la reforma del desempleo está respaldada por
los votos que obtuvo en las elecciones, dijo que ese proyecto no
figuraba en el programa electoral del PP.
Rodríguez Zapatero ve «ridículo» que el Gobierno acuse a la
oposición de recuperar «en la calle los votos que perdió en las
urnas» y recriminó a Aznar que use tópicos de hace 15 años,
convirtiendo la convocatoria de huelga en «batalla política». Desde
el PP, Javier Arenas pidió que se reconsidere la convocatoria de
huelga y recuerda que los socialistas reformaron el mercado laboral
en 1992 El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, por su parte,
deslegitimó las críticas del PP al PSOE por su apoyo a la huelga
del 20-J, al recordar que los populares apoyaron el paro de 1988
contra el PSOE por «sectarismo político».
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