Ismael Álvarez volvió a declararse inocente al anunciar la dimisión de todos sus cargos políticos.

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La sentencia fija una pena de nueve meses de multa de 24 euros diarios y una indemnización a la víctima de 12 millones de euros (en torno a dos millones de pesetas). El alcalde de Ponferrada resulta condenado con los votos de dos de los tres magistrados que juzgaban el caso. El tercero, emitió un voto particular al ser partidario de la absolución del alcalde al considerar que hay contradicciones de la joven. El proceso se inició el 29 de abril con el interrogatorio de Ismael Alvarez, que negó todas las acusaciones e incluso llegó a decir que la acosadora era ella. El alcalde atribuyó la querella a un posible despecho o venganza de la joven.

La pareja comenzó una relación sentimental en 1999, cuando falleció la esposa del alcalde, aunque las partes no coinciden en cuándo rompieron su relación. En el año 2000 Nevenka Fernández abandonó el Ayuntamiento con una baja por depresión y el 26 de marzo de 2001 anunció en rueda de prensa una querella contra el alcalde por acoso sexual. Durante el juicio, el acusado y la querellante ofrecieron versiones diferentes. La concejal aseguró que tras la ruptura, el alcalde buscaba cualquier excusa para desairarla y para organizar viajes con estancias en hoteles que constituían una auténtica «encerrona» para ella.

Durante las conclusiones, tanto la Fiscalía como la acusación particular dieron mucha importancia a la prueba pericial, en la que cinco especialistas en psiquiatría y psicología coincidieron en que los síntomas eran claramente los de una persona que se había visto acosada. Sin embargo, el magistrado que emitió su voto particular a favor de la absolución del alcalde subrayó lo chocante de que ella admitiera hacer viajes con el querellado y alojarse en la misma habitación en una época en la que supuestamente ya era objeto de acoso sexual. Fernández acusó al alcalde de haberse masturbado en su presencia en uno de estos viajes.

Además cree que hay una contradicción en la afirmación de la concejala que asegura que había rehusado recibir un reloj de gran valor ya en la etapa en la que supuestamente estaba siendo acosada mientras que testigos aseguran haberla visto luciendo en la muñeca el obsequio. Finalmente, tampoco considera verosímil el relato de acorralamiento y tocamientos en el despacho de la Alcaldía, ya que quedó acreditado que no estaba insonorizado y que incluso desde el pasillo se podían escuchar conversaciones.

Tras el fallo, Ismael Alvarez anunció la dimisión de todos sus cargos políticos, tanto en el Ayuntamiento como en las Cortes castellanas y en Caja España. «He sido víctima de una campaña de linchamiento y abandono mis cargos por el cariño que tengo hacia el PP», afirmó. El alcalde insistió en su inocencia y se mostró muy contrariado por su condena, ya que en su opinión «no pueden existir pruebas en su contra» porque «no cometió delito». El coordinador de Comunicación del PP, Rafael Hernández, anunció la suspensión cautelar de militancia. El principal partido de la oposición criticó la pena impuesta por irrisoria y desalentadora para las víctimas de acoso sexual. «En un Estado de derecho hay que acatar la sentencia, pero no la compartimos porque es sorprendente que en este país sea tan barato acosar a una mujer», afirmó la secretaria de Igualdad del PSOE, Micaela Navarro.