Los ministros de Exteriores de la UE no lograron ayer un acuerdo
sobre medidas de castigo a los países pobres que se resistan a
combatir la inmigración ilegal, por lo que los Quince tendrán la
última palabra en Sevilla.
Las firmes reservas de Francia y Suecia, con el respaldo más
tímido de Finlandia, Luxemburgo y Portugal, a las medidas de
presión o sanciones propuestas por la presidencia española en caso
de que terceros países no cooperen, impidió zanjar ayer la
cuestión.
Pese al «consenso general» sobre el principio de que hay que
cooperar con las naciones de origen y tránsito de indocumentados a
combatir la inmigración clandestina, fue imposible el consenso
sobre el punto de la propuesta española que aboga por la
suspensión, en última instancia, de los acuerdos de asociación.
El párrafo de la discordia señala que «en caso de negativa a
cumplir las obligaciones» de esa cláusula «se aplicarán los
mecanismos pertinentes de diálogo o de resolución de controversia
previstos, que podrán incluir la suspensión del acuerdo». El resto
de la propuesta presentada por España fue respaldada por sus
socios.
El documento presentado por España sienta las bases de la futura
política de cooperación de la UE con terceros países de origen y
tránsito en la lucha conjunta contra la inmigración ilegal y se les
reclama una serie de esfuerzos.
La Unión Europea asegura que «estará dispuesta» a apoyar a los
países que se comprometan a trabajar en colaboración con ella en la
puesta en práctica de estas medidas y sostiene que «cuando resulte
oportuno, este apoyo podrá ser financiero».
El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, lamentó que
los Quince no se pusieran ayer de acuerdo: «hubiéramos preferido
que se modificara el texto de la Presidencia española para ir a
Sevilla con una posición consensuada, pero la Presidencia ha
preferido llevarla tal cual».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.