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La nueva Ley Orgánica de Partidos Políticos entró ayer en vigor con la oposición de los nacionalistas vascos y de IU, y críticas por parte de CIU, mientras que el Gobierno aseguró que no promoverá la ilegalización de ningún partido hasta que no se incurra en algún supuesto contemplado por la ley. El portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, ha anunciado que la federación nacionalista no votará a favor de la ilegalización de Batasuna, aunque no ha especificado si CiU se abstendrá o votará en contra en caso de que el PP opte por la vía del Congreso para iniciar este proceso. Según afirmó Trias «nosotros no votaremos a favor» de la ilegalización de la formación abertzale.

El dirigente convergente afirmó que los datos para saber si se cumplen las condiciones legales para ilegalizar a Batasuna «los tiene el Gobierno central» y, por tanto, ha calificado de «ridículo» que este debate lo traslade al Parlamento. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, aseguró que desde el Gobierno «no haremos nada hasta que un determinado partido político sea el que sea» incurra en algunas de las causas «que podrían dar lugar a su ilegalización» y que, por tanto, el ejecutivo esperará a que alguien respalde a «organizaciones que atentan contra la vida o contra los derechos más elementales de las personas».

El portavoz del PP en el Parlamento Vasco, Jaime Mayor Oreja, afirmó que con la entrada en vigor de la nueva ley parte de la sociedad vasca se siente «mucho más segura» y que aunque ETA y su entorno «tratarán de hacernos el mayor daño posible», dijo, «tenemos que estar tranquilos con nosotros mismos». Por su parte, los socialistas vascos se mostraron divididos. Así, el secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, reclamó a los nacionalistas que defiendan la nueva ley. Sin embargo, el alcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, opinó que la nueva ley es «inoportuna» y divide a la sociedad vasca.