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El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, denunció ayer que el Gobierno, con el decreto ley que reforma la protección del desempleo, convierte a los prejubilados en demandantes de empleo.

El decreto ley, que fue aprobado el pasado 24 de mayo, establece que los prejubilados mayores de 52 años deberán firmar un «compromiso de actividad» en las oficinas de Empleo por el que se comprometen a buscar activamente una ocupación y a aceptar los trabajos o cursos que se les oferte. Además, el decreto ley fija que la indemnización por despido que recibe un prejubilado, así como cualquier patrimonio, serán incompatibles con el subsidio.

Fuentes del Ministerio de Trabajo indicaron que la medida no perjudicará a las personas mayores de 52 años que quieran volver a trabajar, puesto que mejorarán la pensión que percibirán al jubilarse.

Sin embargo, según explicó Ferrer, el «decretazo» del Gobierno es un «instrumento de abaratamiento salarial y de subvenciones a las empresas, porque una parte del subsidio se les va a retraer del salario» a los prejubilados que se reincorporen al mercado de trabajo.

Otro aspecto que criticó de la reforma es la incompatibilidad entre la indemnización por despido y el subsidio de desempleo, ya que para Ferrer es «un recorte de derechos». De acuerdo con los cálculos de UGT, con la reforma del desempleo un millón de prejubilados perderá el subsidio por paro por la consideración de la indemnización como renta.