El Gobierno está a la espera. El vicepresidente segundo y ministro
de Economía, Rodrigo Rato, afirmó ayer que todavía no ha recibido
ninguna llamada de UGT y CC OO para mantener una reunión y reanudar
el diálogo social, después de que el pasado viernes el propio Rato
mantuviera una conversación telefónica con Cándido Méndez y José
María Fidalgo.
«Quedaron conmigo el viernes en que ellos me llamarían (Méndez y
Fidalgo) para mantener una conversación sin agenda, para tratar los
temas que todos consideremos oportunos. En este momento, todavía no
he recibido esa llamada», señaló Rato. La afirmación de que la
reunión sería con «agenda abierta» da a entender que está dispuesto
a hablar del 'decretazo'.
Sin embargo, el presidente del Gobierno, José María Aznar,
aseguró ayer que el Ejecutivo mantiene de forma «sincera» la máxima
voluntad para mantener el diálogo social, pero advirtió de que la
ley de reforma de las prestaciones al desempleo se encuentra en el
Parlamento y es allí donde debe decidirse si se modifica.
El jefe del Ejecutivo aseguró que las reformas económicas que
adopta el Gobierno son coherentes con el programa electoral del PP
y con las políticas europeas y desean lograr el diálogo social más
amplio posible. Aseguró que su Gobierno ha mantenido siempre la
máxima voluntad de diálogo y mantiene también ahora esa
predisposición, que calificó de «sincera».
Pero recordó que la reforma de la ley de protección al desempleo
se encuentra actualmente en tramitación parlamentaria, que es
-dijodonde reside la soberanía popular. «Algunos, a esto, le llaman
arrogancia y prepotencia, pero nosotros lo llamamos simplemente,
democracia, y si los diputados y los senadores quieren, se
reformará la ley», añadió.
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