Marruecos aseguró ayer que no retirará de la isla de Perejil al
grupo de gendarmes que el jueves desembarcó en la misma, según
informaron ayer fuentes cercanas al caso en Rabat, afirmando que el
islote fue «liberado» en 1956 con motivo del fin del protectorado
español. Asimismo, según estas fuentes, este islote «del tamaño de
un estadio de fútbol» es de soberanía marroquí y las fuerzas
marroquíes se encuentran allí «con todo su derecho». Apuntaron,
además, que Rabat no tiene la intención de «dramatizar» este asunto
porque la ocupación de la isla no es «ni una provocación ni una
amenaza a España».
De este modo, las autoridades marroquíes continúan sin emitir
declaración oficial alguna tras la ocupación del islote de Perejil
cuando, en medio de esta crisis diplomática con España, comenzaron
ayer los festejos de la boda del rey Mohamed VI, a los que no
asistió el embajador español.
La ausencia del diplomático Fernando Arias Salgado, que a última
hora declinó la invitación, se produce cuando Rabat aún no ha
contestado de manera oficial a la nota verbal de protesta que
presentó el ministerio de Asuntos Exteriores en la embajada de
Marruecos en España. Arias Salgado había sido invitado junto con
otros diplomáticos acreditados en Rabat a asistir a los festejos
organizados por la Casa Real de Marruecos para celebrar la boda del
monarca y en principio tenía previsto acudir, sin embargo el
incidente que el jueves se produjo en el islote Perejil, provocó
que finalmente declinase la invitación.
El embajador en Marruecos era el único representante español que
tenía previsto participar en los actos por la boda de Mohamed VI,
ya que a los mismos no han sido invitado los Reyes de España.
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